Compañeros de Gallart dicen que el salto fue un caos

Josechu Guillamón
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El abogado de la familia, Mariano López Ruiz, se muestra convencido de que habrá más investigados

Imagen de archivo de un salto paracaidista. - Foto: Raúl Martínez

Varios de los compañeros del sargento hellinero Rafael Gallart, con destino en el Tercio Alejandro de Farnesio 40 de la Legión, que falleció el 10 de junio en un salto paracaidista realizado frente a las costas de Cartagena, dentro de un curso de operaciones especiales, definieron el operativo como «un caos» durante su declaración ante el Tribunal Togado Militar Territorial número 14, que lleva el caso.

 Así lo aseguraba a La Tribuna de Albacete el abogado de los padres de Gallart, Mariano López Ruiz. «Varios de los compañeros que saltaron en paracaídas definieron que el salto fue un caos, porque ni se tuvo en cuenta la velocidad del viento, ni la organización en cuanto al rescate de los paracaidistas».

De hecho, la falta de organización fue tal que durante el ejercicio se perdió a uno de los paracaidistas durante más de dos horas, como señala el letrado. «Uno de los paracaidistas estuvo dos horas y media perdido en el mar, naufrago, porque cuando salta tenían que rescatarlo y no se enteran y lo dejan y luego cuando hacen el recuento en la fragata, se dan cuenta de que les falta uno, con lo que empieza la búsqueda, con la suerte de que esta persona todavía tenía el paracaídas en la mano y lo eleva un poco para que lo vieran, porque antes hacía señales y no lo habían visto y lo pudieron rescatar».

Por eso, López Ruiz afirma que «podría haber muerto algún militar más, alguno dice que creía que era el final de su vida».

El rescate de Gallart.  De hecho, el rescate de Gallart resultó complicado, ya que según establece el Auto del Juzgado Togado Militar, la tripulación de la embarcación que le prestó los primeros auxilios al fallecido sólo estaba compuesta por un sargento y un cabo y no por tres tripulantes como exige el reglamento. Algo que complicó notablemente el rescate como se refleja en el citado Auto, que recoge la declaración prestada por el cabo ante los agentes de la Guardia Civil, donde afirma que «la composición de dicha tripulación provocó el retardo en la maniobra de rescate del accidentado».

En este sentido, el cabo manifiesta que «cuando llegan con la embarcación a su altura, él decide saltar al agua hasta el accidentado (Gallart) para intentar liberarlo del paracaídas, ya que agitaba los brazos y se le dificultó la tarea de hacerlo, decidiendo colgarse de las bandas para sustentarse y no hundir al accidentado, optando ya por cortar con una navaja parte de los cordones del paracaídas para restarle potencia al arrastre de la campana».

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