Marta Ferreras nació en Valladolid y vive en Hellín desde 2009, a donde llegó por motivos de trabajo de su marido, que es profesor. Es pintora, guionista, directora de cine y youtuber. Desde hace 11 años ha enfocado y dirigido especialmente su arte a la promoción e inclusión social de los niños y niñas con discapacidad. Y algunos de sus cortos han recibido una veintena de premios en distintos festivales internacionales.

¿Cómo surge la idea de realizar cortometrajes?

Siempre he sentido pasión por el cine. Desde mi más tierna infancia soñaba con hacer películas, pero nunca me puse a ello porque tenía también la vocación de la pintura, que ha sido mi actividad principal desde que tengo recuerdos.

En 2009, al matricular a mi hijo en el colegio Cruz de Mayo, se me ocurrió crear un taller de pintura para todos los alumnos. Lo he estado impartiendo como voluntaria todos estos años y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Empecé a hacer cortos de animación con todos estos chicos y chicas, dando movimiento a sus pinturas. El cine me ha ido absorbiendo cada vez más y ahora me faltan horas para llevar a cabo todas las ideas que se me ocurren.

Hasta la fecha he realizado siete cortos de animación y un largometraje documental, y tengo otro corto de animación en fase de montaje y un proyecto para un corto de ficción.

En principio trabajaba con muy pocos medios, ¿ha mejorado con el tiempo?

Es cierto, los primeros cortos los hice con medios muy humildes, materiales muy sencillos de dibujo y pintura, un ordenador y un pequeño grupo de personas colaborando conmigo. Aun así, para mí ya suponían un desembolso económico importante, porque los gastos que se van acumulando en cada corto son muchos más de los que la gente pueda imaginar.

También es cierto que siempre he contado con la inestimable ayuda de Asociación Alhambra Albacete, que me ha prestado la cámara en casi todos los cortos y en muchos de ellos se ha ocupado de la parte musical. En algunos de los cortos TV Hellín me prestó los micros. Y para Larguiruchos y redondo me decidí a hacer una campaña de micromecenazgo, porque el presupuesto excedía totalmente mis posibilidades, y me sorprendió encontrar tanto apoyo de la gente.

Acaba de publicar un libro infantil, ¿cómo surge la idea?

El libro Larguiruchos y redondo se me ocurrió como una de las recompensas de la campaña de mecenazgo en la que también se hicieron camisetas y otros regalos de agradecimiento. Y, el caso, es que el libro me ha inspirado nuevas líneas de trabajo.

Pretendía que fuera inclusivo.

Sí, especialmente pretendía que fuera accesible para personas con discapacidad visual, pero no he podido terminar la versión totalmente accesible, que incluirá dibujos en relieve y escritura braille. Resulta muy caro y complicado, más aún en la situación actual, pero a pesar de todo tarde o temprano lo haré.