Los árbitros también están alerta

Juan Carrizo
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Luis Collado, colegiado albacetense de Segunda B, explica cómo siguen su trabajo en espera de que vuelva el fútbol

Luis Collado ejerce como cuarto árbitro durante un partido del Real Madrid. - Foto: Luis Collado

El fútbol no sólo lo componen clubes y jugadores. Hay otro colectivo de vital importancia que al igual que los anteriores se encuentra confinado en su casa sin poder prepararse para los partidos. Hablamos del colectivo arbitral, siempre controvertido por sus decisiones, pero necesarios para el desarrollo de la competición a todos los niveles.

Este diario se puso en contacto con Luis Collado, árbitro albacetense de Segunda División B que en alguna ocasión ha servido de instructor para que los periodistas deportivos de la capital estuvieran al tanto de las novedades del reglamento y resolvieran sus dudas.

Collado pertenece al grupo formado por unos 14 árbitros de la región que, aunque están adscritos al Comité Castellano-Manchego, dependen directamente del Comité Técnico de Árbitros que dirige Velasco Carballo. En ese grupo están el colegiado de Primera División, Alberola Rojas, un par de asistentes, dos árbitros de Segunda con algún asistente y seis árbitros de Segunda División B, alguno, como en el caso de Luis Collado, que ejercen también de cuarto árbitro en partidos de Primera.

Lo primero que quiso enviar Collado fue un mensaje de ánimo y agradecimiento «a todos los sanitarios que nos cuidan y hacen posible que esto vaya para adelante, les estaremos eternamente agradecidos por su labor y les mando mucho ánimo».

Luis Collado señala que la única variación ahora mismo respecto al trabajo que un árbitro nacional desarrolla a lo largo del año es la imposibilidad de entrenar a nivel físico más allá de lo que se puede hacer en casa, pero que el trabajo técnico se mantiene e intentan estar preparados para cuando se diga que se puede volver a competir.

«Desde el Comité Nacional de Árbitros tenemos un preparador físico que durante todo el año se encarga de enviar los entrenamientos y supervisarlos. Con el reloj y el pulsómetro los datos se suben a un programa informático de la Federación donde se controlan nuestros entrenamientos y se nos lleva un control exhaustivo de nuestro rendimiento físico. Es una forma muy buena de controlarnos, igual que la tienen los jugadores», indicó.

 

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