El campo y los cuidados corre a cargo de los migrantes

Ana Martínez
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La contratación entre la población activa inmigrante subió un 83% en el último año, mientras el desempleo bajó un 28%

Un par de temporeros agrícolas trabaja en la cosecha de ajos. - Foto: Arturo Pérez

El 90% de los trabajadores del sector del campo y del sector de los cuidados a dependientes y del hogar ya son de procedencia extranjera en la provincia de Albacete. A lo largo del pasado año 2021, incluso los empresarios agrícolas empezaron a tener problemas para cubrir la mano de obra necesaria para las campañas de recolección, debido a que muchos de estos inmigrantes se han desplazado al sector de la construcción, tras su reactivación.  

Los últimos datos de ocupación y desempleo demuestran que las personas extranjeras que residen en esta provincia tienen un significativo peso específico en el mercado de trabajo, si bien esa influencia sobre la actividad económica coincide con los sectores cuyos empleos no requieren de una especialización formativa específica y, además, son duros por su naturaleza.

La contratación durante el mes de enero de este año de personas extranjeras en Albacete alcanzó los 3.250 contratos, lo que supone un aumento interanual del 83% y apunta uno de los mejores datos de las últimas dos décadas.

También son muy positivos las cifras del desempleo: a finales de enero de 2022, el paro entre el colectivo de trabajadores extranjeros bajó un 28% respecto a enero de 2021, y se situó en los 2.219 demandantes migrantes. Hay que remontarse hasta el año 2008 para ver un dato mejor.

«Es mentira que los inmigrantes vengan a quitarles el trabajo a los españoles; los inmigrantes están ocupando todos esos empleos que los nacionales no quieren», asegura Cheikou Cisse, presidente del Colectivo de Apoyo al Inmigrante (Acaim), quien conoce muy de cerca la realidad del mercado laboral albacetense respecto a la población migrante.

Asegura que si no fuera por los trabajadores extranjeros, determinadas actividades económicas tendrían serias dificultades para sacar su producción adelante, especialmente, el campo: «Sin los trabajadores temporeros migrantes, las campañas no saldrían adelante», asegura el presidente de Acaim, que se fija también en el sector de los cuidados a personas dependientes y de servicios domésticos:«Nueve de cada 10 empleadas del hogar y cuidadoras son extranjeras», subraya. No obstante, Cheikou Cisse va mucho más allá y asegura que la población inmigrante ya está siendo demandada por empresarios del sector agroalimentario e industrial: «No paran de llamarnos de las champiñoneras de La Manchuela porque los españoles no quieren trabajar en la manipulación y envasado de los productos agroalimentarios», afirma el presidente de Acaim.

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