Se enfrenta a nueve años y medio de cárcel por dos robos

Josechu Guillamón
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El acusado usó un machete o un sable en una ocasión y la segunda vez utilizó una navaja para el asalto

La vista se celebrará en el Juzgado de lo Penal 3 de la capital. - Foto: R. S.

La Fiscalía solicita una pena de nueve años y medio de prisión para un hombre que cometió dos robos armado con sendas armas blancas.

El escrito de acusación se dirige contra J.M.S.G., que en la actualidad tiene 23 años y será juzgado el viernes 10 de septiembre, en el Juzgado de lo Penal 3 de la capital. 

En cuanto al relato de hechos, el Ministerio Público afirma que, el 24 de febrero, sin que conste exactamente la hora, F.J.E.C. conocido del acusado, acudió a la vivienda de este último, situada en Hellín.

Tras una discusión que se inició en esa vivienda entre el procesado y otras personas, el acusado, para amedrentar a las personas que allí se encontraban, terminó por sacar un machete o sable de hoja y filo metálicos de unos 50 centímetros de hoja y lo levantó varias veces en el aire. 

En un determinado momento, con propósito de obtener un ilícito beneficio, de un tirón, quitó a F.J.E.C. el teléfono móvil, aprovechando que lo tenía en las manos. Tras robar el teléfono golpeó varios elementos de la vivienda con ese machete o sable para mantener el temor de su víctima. El teléfono móvil no fue recuperado. Se trata de un teléfono, que ha sido tasado en 91,46 euros. 

Al vecino. Posteriormente, acudió a la vivienda donde reside su vecino, E.M.B., ubicada en Hellín. Cuando el vecino abrió la puerta, el acusado, para intimidarle, le esgrimió una navaja, de hoja y filo metálicos y, con propósito de obtener un lucro indebido, le profirió expresiones tales como «quieres morir, llama a los dueños» o «dame 120». 

El vecino le dijo que no tenía nada para darle y el acusado, para lograr un beneficio ilícito registró la vivienda. A continuación, abandonó el lugar.

No contento con ello y para satisfacer esta intención de enriquecerse de manera ilícita, instantes después, el acusado volvió a la vivienda saltando al patio e introduciéndose en su interior. E.M.B. se apercibió de que el acusado estaba en el interior de la casa y fue a su encuentro, sin embargo, para intimidarle, el acusado portaba el machete o sable descrito anteriormente e iba lanzando estocadas al aire.

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