El Albacete pasó del blanco al negro en un abrir y cerrar de ojos. Las buenas sensaciones de la victoria contra el Castellón en la primera jornada quedaron empañadas por una derrota en  casa del Atlético Baleares donde, más allá de los puntos perdidos, lo peor fue la sensación de fragilidad que el equipo de Rubén de la Barrera dio en su parte defensiva. El caso es que, como se suele decir, ni eran tan buenos cuando se le ganó al Castellón, ni ahora son tan malos. La categoría es complicada y el Albacete no es el único gallito de una categoría que ha seleccionado a los mejores y cuya dificultad ya quedó marcada el pasado domingo en el Estadio Balear.
Rubén de la Barrera se mostró ayer en el entrenamiento muy intenso. La sesión estuvo marcada por un largo periodo de carta táctica en la que el preparador gallego trató de cuidar el más mínimo detalle de lo que quiere de su equipo. Fueron más de 45 minutos de acciones sobre el terreno de juego  donde el equipo trabajó tanto la salida del balón como la presión sobre el rival. De la Barrera quiere tenerlo todo bien atado de cara al encuentro del sábado, una reválida tras lo ocurrido en las islas como podía apreciarse en las correcciones que el técnico realizaba a sus jugadores.
En la sesión no participó Julio Alonso, con unas molestias que no le deben impedir estar el sábado en el Carlos Belmonte. Trabajó aparte el recién llegado Nando García, que debe mejorar en el aspecto físico antes de incorporarse al trabajo de grupo. Y Boyomo sigue realizando un trabajo particular, mientras en el club se resuelve su expediente disciplinario.

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