«Reflejo la forma tan cruel de tratar la locura»

V.M.
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«Pretendo que el lector tome conciencia de las miserias del ser humano»

El escritor Juan Pedro Muñoz. - Foto: Arturo Pérez

El escritor jienense Juan Pedro Muñoz, afincado desde los años 70 en Albacete, donde trabaja como funcionario de la Administración autonómica -es responsable de Archivos de la Delegación de la Junta), firmará hoy ejemplares de su primera novela, Revuelta en el frenopático (Docubis Editores), en la Librería Herso, un acto para el que es preciso solicitar cita en el teléfono 687 885 792.

¿Cómo definiría su primera incursión en el género?

Bien, yo ya había publicado alguna obra sobre mi pueblo natal, Siles un paseo por su historia o Encuentro históricos entre las villas de Siles y Segura de la Sierra, pero es mi primer relato novelístico. Siempre me gustaron estas historias tétricas ambientadas en cárceles y psiquiátricos y había tomado notas y apuntes de todo tipo durante mucho tiempo, por lo que, llegado el confinamiento, aproveché para ir dándole forma hasta plantearme a publicarlo como novela corta.

¿Dónde sitúa el relato?

Es una historia centrada en la locura y la enfermadad mental, un tanto cruda y dramática, ambientada en un hospital psiquiátrico de los años 70, donde aparecen un amplio catálogo de perturbados que, por diversas causas, protagonizarán un motín en este centro, lo que dará pie a una serie de situaciones muy alocadas y desternillantes.

Así pues, con bastantes dosis de ironía, sarcasmo y  humor negro, ¿no?

Claro, ten en cuenta que la locura ha sido una enfermedad cruel y oculta a lo largo de los siglos y he querido dar a la historia un cierto tono divertido, de humor sarcástico, por eso planteo una revuelta un tanto desquiciante, aunque al final de la narración se aporta un tono mucho más esperanzador.

El hecho de estar ambientada a finales del franquismo, ¿lleva implícita cierta crítica social y política?

No, la política no tiene nada que ver con el argumento, simplemente elegí ese momento de finales de la Dictadura por razones de argumento, pero en absoluto me adentro en temas políticos.

¿Podría definirse también la obra como un viaje al interior de la mente humana?

Efectivamente, también reflejo la forma tan cruel en que se trato esa dolencia durante mucho tiempo, arrinconando a los dementes y sometiendo a los internos a salvajes terapias de lobotomias,  electrochoques, tratamientos con bromuro…

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