«Yo me acerqué a la poesía por necesidad»

A.D.
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La escritora albacetense Amparo Alfaro Parra acaba de publicar el libro A manos llenas, un poemario que se puede encontrar ya en librerías como Popular, Herso o Circus.

Amparo Alfaro Parra. - Foto: José Miguel Esparcia

La escritora albacetense Amparo Alfaro Parra acaba de publicar el libro A manos llenas, un poemario que se puede encontrar ya en librerías como Popular, Herso o Circus. 

La autora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra. 

¿Por qué un nuevo poemario en estos momentos que son  tan complicados?

Quería recopilar poemas que me gustaban por algún motivo, también los hay que escribí durante el confinamiento y otros que tenía en Facebook. Los quería recogidos en el depósito que, para mí es más sagrado, el libro. 

Siempre recuerdo una frase de El Cartero, cuando Neruda le dice que la poesía no es de quien la escribe, es de quien la necesita. Yo me acerqué a la poesía, ahora lo sé, casi por necesidad, ha sido y es terapéutica. 

¿Por qué ese título,  A manos llenas?

Fue un golpe de corazón. Buscaba el título del libro y lo encontré en uno de mis poemas. Cuando llegué a La mano de pi padre, que se refiere a los últimos momentos de su vida. Llegué a uno de sus versos, A manos llenas, que es una imagen que coloqué, recordando cuando él llegaba  con las manos llenas de cerezas a casa. No seguí leyendo, ese era el título, una metáfora, ya que llevo las manos llenas de poemas, son 78 en este libro. 

¿Cómo estructuró el libro?

El libro lo he dividido en ocho apartados, que son introducidos con versos que se refieren al  tema que tratan esos poemas. Se fijan en la admiración de la naturaleza, de mi entorno, que es tremendamente poético y he tenido la suerte de disfrutarlo estos años. También están ahí las reflexiones sobre mis estados emocionales, el amor, la muerte, lo social o los poemas escritos durante el confinamiento, para terminar con reflexiones sobre la vida. Hay un bloque sobre la búsqueda de Dios, que está presente como bloque, pero está en todos. 

¿Se trata de una búsqueda reciente?

No, la inicié desde muy niña. Tuve una educación religiosa y arrastré la incoherencia de algunos dogmas que me enseñaron. Esa búsqueda continua está reflejada en todo este proceso poético que he vivido y puedo decir con mucha alegría que mi búsqueda ha terminado porque he encontrado una idea de Dios que me convence. Se refiere a la armonía que hay en el todo, una idea que me transmitió un filósofo, Spinoza, y es un gozo recibir esas aportaciones suyas sobre la idea de Dios, también la comunión con la naturaleza. Me concilio con esa idea de Dios que, para nada, era la que me han transmitido desde muy niña. 

¿Cómo son esos poemas, verso libre?

Los poemas, intento que tengan ritmo, pero no mido, no me quiero limitar la inspiración y encasillarme en un número de sílabas, de versos. No me permitirá liberar esas ideas que fluyen, lo que pasa es que, a veces si salen con rima y  los dejo como salen, me lo permito. 

¿Sale de forma natural el poema?

La inspiración y yo tenemos una relación de amor-odio, porque a veces llega y no tengo lápiz a mano y se pierde la idea. En otros casos, puedo levantarme de madrugada porque me despierta algún poema y escribo, luego lo desarrollo, pero la idea ya la he captado.  

¿Tiene pensado presentar este libro?

En eso estamos, pero no puedo concretar ahora mismo. El proceso de un libro es darlo a conocer y estamos estudiando la idea de presentarlo, pero no hay fechas.