Las polémicas pasan factura a Podemos

Agencias - SPC
-

Los morados no rentabilizan su presencia en el Ejecutivo y firman una debacle en su primera cita con las urnas desde su llegada a Moncloa. Iglesias reconoce una derrota sin paliativos y pide aprender "de los errores"

Las polémicas pasan factura a Podemos - Foto: Miguel Toña

Después de conseguir un milagro en enero, al conformar un Gobierno de coalición con el PSOE de Pedro Sánchez, Unidas Podemos fracasó estrepitosamente en su primera cita con las urnas con Pablo Iglesias en el Ejecutivo y sufrió uno de los peores batacazos de su historia en las autonómicas gallegas y vascas. Perdió en ambos territorios gran parte de su electorado, quedándose fuera del Parlamento de Santiago, donde era segunda fuerza, y rebajando a la mitad su presencia en la Cámara de Vitoria, con seis escaños. Los resultados fueron incluso peores que las previsiones de las encuestas, que de por sí no eran nada buenas.

En las anteriores autonómicas, las de 2016 -las primeras de este tipo en las que concurrieron-, los morados y sus socios irrumpieron en el mapa político gallego con la marca En Marea como segunda fuerza, tras el PP, al lograr 14 escaños y un apoyo del 19 por ciento del electorado (273.523 votos). Ahora, se han quedado fuera, sin ningún diputado, y han bajado al 3,9 por ciento (unos 50.500 sufragios).

Mientras, en Euskadi, Podemos e IU reducen su presencia a seis asientos en el Parlamento vasco, con el 8 por ciento del apoyo (71.759 votos), después de que hace cuatro años lograran situarse como tercera formación en el Hemiciclo tras el PNV y EH Bildu, superando entonces al PSE, y obteniendo 11 escaños con el 14,7 por ciento del respaldo (157.334 votos).

Con estos resultados, el objetivo que Podemos y sus socios se habían marcado en la campaña de rentabilizar su presencia en el Gobierno con el PSOE, y presentarse como llave para reproducir en estos territorios Ejecutivos de coalición de izquierdas, queda muy lejos. Además, tanto en Galicia como en el País Vasco se sitúan muy por debajo de sus competidores de izquierdas, siendo superados tanto por socialistas como por nacionalistas: en el primer caso, del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y del PSdeG, y en el segundo, de EH Bildu y del PSE.

De este modo, la formación que dirige Iglesias confirmó en esta cita la caída de apoyos que ya comenzó a sufrir en las pasadas elecciones generales de 2019 en toda España, y también en Galicia y País Vasco, dos territorios en los que había sorprendido con sus buenos resultados en sus primeros comicios generales de 2015, si bien con el paso de las convocatorias fueron desinflándose.

Elkarrekin Podemos-IU reconoció que sus resultados en las elecciones vascas «no son buenos» y admitió que la falta de unidad y de «arraigo» en ciudades y pueblos le ha podido «pasar factura», por lo que destacó que el reto será crear una organización «cohesionada».

Mientras, el cabeza de lista de la coalición Galicia En Común-Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, lamentó un «mal resultado», un «fracaso sin paliativos» que deja a la alianza de izquierdas fuera del Parlamento gallego y que asumió «en primera persona».

También entonó un mea culpa el líder de los morados, un Iglesias que aseguró ue el espacio político de su partido ha sufrido «una derrota sin paliativos» en las elecciones gallegas y vascas y agregó que ahora toca hacer una «profunda autocrítica y aprender de los errores» que «sin duda» han cometido.

Iglesias reconoció este fracaso en una serie de mensajes en las redes sociales en los que felicita al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y al lendakari, Iñigo Urkullu por sus respectivas victorias y también a Bildu y el BNG por sus «históricos resultados».

Además, agradeció el trabajo de su militancia que se ha «dejado la piel» en estas dos campañas «muy difíciles» en las que los resultados, «evidentemente, no han sido los deseados».

Y concluyó este hilo admitiendo que el espacio político de Podemos ha sufrido esta «derrota sin paliativos» y que toca hacer esta «profunda autocrítica» y «aprender de los errores». 

Por su lado, el coordinador general de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, calificó como «malos» los resultados de Unidas Podemos y sus confluencias en los comicios de Galicia y el País Vasco y ha apremiado a reflexionar «colectiva y críticamente» sobre el batacazo electoral de su formación.

Garzón felicitó en redes sociales a los dos vencedores de la noche, por sus «claras victorias» y elegió los «extraordinarios» resultados del BNG y EH Bildu, dos fuerzas políticas «de izquierdas y republicanas».

Echando más leña al fuego, el líder de Más País, Íñigo Errejón, afirmó que los resultados demuestran que no había que «unir a la izquierda», sino lograr un objetivo «más ambicioso», que es «construir pueblo». De este modo, el diputado, que abandonó Podemos hace un año, dio a entender que los malos resultados de su expartido pueden tener que ver con la estrategia asumida por su líder Pablo Iglesias, frente a la que defendía él, antes de abandonar la formación.

Asimismo, el cofundador de Podemos y hoy exdirigente, Juan Carlos Monedero, advirtió que el problema es que la formación «sigue sin dedicar el grueso de sus energías a lo que debe», que es «construir partido».