Como toda cita electoral municipal que se precie, el sistema de reparto de los concejales establecido por la conocida ley D`Hont permite ver que la proporción nunca es igual y no a todos los partidos políticos les cuesta lo mismo obtener representación y una silla en el salón de Plenos de Albacete. La norma hace que las marcas políticas más votadas precisen siempre de menos votos para obtener el mismo número de ediles. Si al POSE un concejal le sale por 2.862 votos, y al Partido Popular un concejal en el Consistorio capitalino le sale por cada 2.862 sufragios, a Vox, el partido que se quedó con un solo edil, le cuesta 5.456 votos. Y es que el partido de Santiago Abascal se quedó a muy pocos votos de ese segundo concejal en el recuento provisional, a 55, en concreto.
El procedimiento de reparto de concejales y las cuentas para comprobar cómo lo obtiene cada partido puede calcularse fácilmente. La regla es dividir el resultado total en votos obtenido por cada candidatura por cada uno de los concejales a elegir en el Ayuntamiento, es decir, por uno, por dos, por tres, por cuatro... Así hasta por 27, en el caso de Albacete capital.
LOS 27 MÁS ALTOS. El resultado de cada una de esas divisiones es una cantidad, y se trata de ir eligiendo concejal a concejal seleccionando las 27 cifras resultantes más grandes. El Partido Socialista obtiene el primer concejal, de ese modo, como fuerza más votada, junto al tercero, el séptimo, el décimo, el número 13, el 17, el 20, el 22 y el 26. El Partido Popular obtenía el concejal número dos, el cinco, el ocho, el 11, el 15, el 18, el 21, el 23 y el último concejal a elegir, el número 27, resultado de dividir sus votos totales, 24.799, por nueve. La cifra que da es 2.755, mientras que Vox, dividiendo sus votos por dos, se queda en 2.728. Habiendo te nido 55 votos más, sí hubiera obtenido un número superior a ese 2.755 que tiene el PP, y de ahí que con 55 votos más en total hubiera arrebatado el concejal número 27 al Partido Popular.
La estrecha diferencia hace que pueda haber alguna variación si el recuento definitivo en la Junta Electoral que se ha programado para mañana miércoles incluye alguna incidencia de importancia. Es también el momento en el que se añade al recuento el escrutinio de los votos llegados de residentes en el extranjero, aunque estos últimos nunca son una cifra considerable.
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