«El álbum ilustrado es de educación emocional»

A.D
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El salón de Plenos del Museo Municipal acogerá mañana, a las 19 horas, la presentación de Yo me quedé en casa, un álbum ilustrado de la pedagoga y orientadora educativa Guadalupe M. Viera

Guadalupe M. Viera. - Foto: José Miguel Esparcia

El salón de Plenos del Museo Municipal acogerá mañana, a las 19 horas, la presentación de Yo me quedé en casa, un álbum ilustrado de la pedagoga y orientadora educativa Guadalupe M. Viera, que estará acompañada por Amparo Cuenca García. La autora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra. 

¿Cómo surgió este cuento?

Es un cuento para todas las edades que surgió para ayudar a mi hija Isabela, para explicarle  qué era eso del coronavirus y el confinamiento y lo que teníamos que hacer. Para mí fue también un regalo, una manera de canalizar mis emociones y miedos. 

¿Cómo lo escribió?

Fue primero un audio, lo escribí y grabé durante una siesta de mi hija y cuando lo terminé, se lo enseñé a mi marido, que me animó a mandárselo a mis amigas. He escrito muchos cuentos para mi hija, pero jamás los he enseñado. Me mostraba reticente, pero dada la temática y la situación que nos venía, me decidí. Lo mandé a esas amigas y a grupos de orientación en Castilla-La Mancha y me llegaron mensajes preciosos de gratitud. Me pidieron que lo publicara y lo ilustrara y eso es Yo me quedé en casa.  

¿Cuándo lo escribió?

No lo voy a olvidar nunca, lo tengo anotado, el 17 de marzo. Como los colegios los cerraron presencialmente, aunque siguieron trabajando muchísimo, mi hija, que ha cumplido cuatro años,  no pudo asistir y preguntaba. 

El final del cuento, para adaptarlo, hice una pequeña modificación para incluir el tema de las mascarillas. Pero el álbum ilustrado es de educación emocional. Cuando lo escribí quería darle a mi hija la sensación de esperanza.  

¿El cuento, para qué edad es adecuado?

Yo hago cuentoterapia educativa y utilizo con el alumnado el mismo cuento que con la familia, con una variante de profundización, en función de la madurez de cada persona. Hay cuentos que no tienen edad,  es más, no importa la edad que tengas. Mi cuento es de ese tipo, ni las ilustraciones son infantiles, aunque se identifican muy bien, ni el texto es puramente infantil, sirve para todas las edades. 

En realidad es una historia  que nos ha tocado  a todos  y cada uno lo ha percibido de una manera. 

¿Ilustrar fue complicado? 

Llevó su tiempo porque en realidad tenía claro que tenía que hacerlo con acuarela, pero me tenían que llegar los materiales, porque estábamos confinados, pero lo disfruté, fue un proceso muy bonito.

¿Qué mensaje transmite?

El mensaje del cuento es de resiliencia, de esperanza. Cuando el mundo se vuelve patas arriba, como digo en la contraportada, tenemos la oportunidad de cambiar nuestra mirada y mientras intentamos colocarlo todo, disfrutar del proceso.