Fútbol, pandemia y guerra

Juan Carrizo
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Jaime Romero se marchó en el 2019 al Qarabag de Azerbaiyán y, además de la situación generada por la Covid-19, también vive un conflicto bélico

El albacetense Jaime Romero, con la camiseta del equipo azerbaiyano. / f.k. qarabag - Foto: F.K. Qarabag

En el verano de 2019 y tras quedar liberado de su contrato por el descenso del Córdoba a Segunda B, Jaime Romero (Valdeganga, 1990) decidió emprender una nueva aventura en Azerbaiyán al aceptar la oferta por tres temporadas que le hacía el Qarabag, un equipo de primer nivel y metido en competiciones europeas. Romero ha tenido que vivir la pandemia en tierra extraña y por si fuera poco ahora el conflicto bélico que por un tema fronterizo protagonizas Azerbaiyán y Armenia.

Este diario contactó con el jugador albacetense para contar como está viviendo esta situación y aseguró encontrarse lejos del conflicto y centrado en el fútbol. «Nosotros estamos en Baku y la zona de conflicto está en la frontera con Armenia, en la otra punta de país, y no nos enteramos de nada. Aquí la vida sigue como siempre, no notas nada y nosotros mucho menos porque tienes tu rutina de entrenamientos y partidos».

Romero destacó que el club es del máximo nivel y el trato es excelente. Hace poco disputaron la previa de la Champions y no se metieron en la liguilla, pero sí se clasificaron para disputar, igual que el año pasado, la Europa League. «Aproveché el descanso que nos dieron después de clasificarnos para la Europa League para viajar hasta Albacete y ver a la familia, fue hace un par de semanas y se agradece porque con la pandemia y todo la preocupación al estar tan lejos es grande».

Y es que el futbolista de Valdeganga no sólo está pasando un conflicto bélico, también ha vivido la pandemia provocada por la Covid y una situación complicada. «Ahora mismo está restringida la salida y entrada del país a los no residentes. Hubo un momento complicado, porque estás en un país extraño y no puedes salir de casa, ni ir a entrenar a la Ciudad Deportiva. Es de esos momentos en los que necesitas estar cerca de la familia y además preocupado por lo que pasaba en España, aunque como mi familia está en Valdeganga, allí en el pueblo la incidencia no ha sido mucha».

 

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