«Ahora vemos que la salida de la crisis fue poco en falso»

Josechu Guillamón
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«No hace falta más liquidez hace falta más inversión y para eso tiene que haber confianza»

Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco. - Foto: Ví­ctor Fernández Molina

Juan Carlos Ureta, es el presidente de Renta 4 Banco, una empresa líder en servicios de inversión. En la actualidad también es miembro del Consejo Asesor de ING Direct y miembro del Consejo de Administración y de la Comisión Permanente de la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid y ayer ofreció la conferencia Perspectivas de la economía y los mercados financieros en el 2020. El reto de generar valor en un mundo en transformación, en el Gran Hotel.

¿Cuál es la situación económica actual?

En la situación económica actual vemos dos grandes procesos, un poco contradictorios entre sí. Por un lado, tenemos un proceso muy expansivo, que está fundamentado en la revolución digital, la globalización, los mercados emergentes y por otro lado tenemos un proceso muy contractivo, que está basado en el agotamiento del modelo de crecimiento que se ha seguido, muy basado en la acumulación de deuda, el dinero barato, la bajada de los tipos de interés hasta niveles cero o negativos y las inyecciones de liquidez de los bancos centrales. Ese modelo se está agotando,  en 2018 dio claros síntomas de que había llegado a su final y eso es lo que ha provocado la desaceleración económica global. Por eso en la conferencia analizo estas políticas económicas y analizo su impacto en la economía y en los mercados y el proceso de transformación digital.

¿Qué conclusiones puede sacar de ese análisis?

Llegamos a la conclusión de que hay una especie de paradoja, a medio o largo plazo la economía está ganando tamaño, pero a corto plazo estamos ante una situación de muy corto crecimiento económico, eso que llama el Fondo Monetario Internacional un crecimiento mediocre, muy, muy bajo, tendente en algunos casos incluso a una recesión suave. Esto se produce de un entorno de tipos de interés muy bajos y en un entorno de gran transformación, de gran disrupción en las economías. Una disrupción casi darwinista, una transformación en que unos sectores succionan valor de otros, la economía innovadora está destruyendo mucho valor en la economía tradicional y a veces no crea el mismo valor en la economía innovadora.

Se refiere a sectores como el comercio, el pequeño comercio.

Hablamos del comercio con el efecto Amazon, hablamos de las ‘telecos’ con el efecto de whatsapp etcétera, hablamos de un sector como las enciclopedias que ya nadie usa porque tenemos la Wikipedia y Google, hablamos del sector de los medios de comunicación, del audiovisual con Netflix, de la salud con las innovaciones que hay con la sanidad a distancia. Es una disrupción total y global, que no deja ningún sector sin afectar, por supuesto tampoco el sector financiero y bancario, donde hemos visto destrucción de puestos de trabajo, a través de EREs, porque al final llegan las máquinas, los algoritmos, el software y la informática que sustituye a las personas. Toda esa disrupción es muy importante y lleva a un menor crecimiento económico, en la sociedad, porque lleva una enorme transformación en la que estamos metidos, pero que no conocemos todavía muy bien como es, ni a dónde nos va a llevar y luego genera también un malestar social. 

¿Cómo afecta esto a los mercados de inversión?

Afecta muchísimo, tuvimos un año 2018 muy negativo, con dos periodos, febrero y diciembre, con unas caídas enormes de las bolsas y estamos teniendo un  2019 muy tranquilo y muy positivo. Paradójicamente,  2019 puede ser el año en el que las bolsas suban más en la última década y puede ser el año en el que la economía crezca menos de la última década, una paradoja que se produce porque los bancos centrales han vuelto a las políticas de dinero barato, que no se sabe si van a funcionar o no, pero que ya sabemos que anteriormente no han funcionado. Son mercados movidos por la liquidez y no por el crecimiento económico.

Ha hablado antes de desaceleración, ¿nos acercamos a una crisis?

En 2016 y 2017 había la sensación de que habíamos salido de la crisis de 2008 y era verdad, pero creo que desde 2018 estamos pensando que esa salida de la crisis ha sido muy condicionada por aspectos monetarios, por la gran deuda generada y ahora estamos observando que la salida de la crisis de 2008 fue un poco en falso. Yo no hablaría de una nueva crisis, vamos a un entorno de menor crecimiento económico en el mundo en general y en España en particular y vamos a un entorno de mayor transformación. El lado positivo es que vamos a una economía global de mayor tamaño a medio plazo y a una economía global de una enorme creación de riqueza a medio plazo, pero efectivamente en 2020 todo pinta a que la economía europea va a crecer poco, a que la economía global va a crecer menos y a que la economía española va a crecer menos y ojalá se mantenga ese dos por ciento en el que estamos actualmente. Todo eso crea un entorno más exigente también en la inversión y desde luego en la política y en la sociedad. 

¿Cómo se puede crear más crecimiento económico?

El crecimiento económico viene  por reformas de productividad, por reformas estructurales, viene por procesos de inversión y hoy mismo lo estaba diciendo el Banco Central Europeo, hay mucha liquidez en la economía europea, pero hay poca inversión y por tanto, no hace falta más liquidez, hace falta más inversión y para eso tiene que haber confianza.

La situación política de España no ha ayudado a crear esa confianza.

La situación que hemos vivido en los últimos cuatro años no ha ayudado a crear confianza, porque no hemos tenido Gobiernos capaces de hacer reformas como la laboral, la de las pensiones o la del sector financiero que funcionaron muy bien, pero los  efectos de aquella reforma ya están agotados y la economía española necesita generar más productividad.

¿Cómo piensa que se puede revertir la situación?

Pues haciendo políticas de productividad y generando confianza. La situación política no nos lleva a pensar que eso se vaya a producir, pero la esperanza no se pierde, además también es muy importante lo que hacen las empresas que cada vez mejoran más, el tejido empresarial español es magnífico y es ahí donde podemos tener esperanza.