El arquitecto albacetense Pedro Torres resultó seleccionado como finalista, junto a su socia en Bizna Estudio, Rocío García, en los prestigiosos Premios FAD Arquitectura 2020, por un Teleclub con colchones térmicos realizado en la localidad soriana de Noviercas.
Estos galardones creados en 1958 por la Asociación Arquin FAD promueve la cultura del diseño y la arquitectura e incluyen varias categorías además de Arquitectura, como son Interiorismo (apartado donde este año también está seleccionado el proyecto de otro arquitecto local, Javier Jiménez), Paisaje, Crítica y otra Internacional.
Formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Torres comentaba a La Tribuna de Albacete que este proyecto resultó ganador de un concurso público para ejecutar un local de reunión en este pueblo de apenas 150 habitantes, ubicado en la España vacía, «ubicado en el antiguo edificio de los años 70 donde llegó la primera televisión, básicamente es el único lugar de reunión para los vecinos».
Torres apunta que la denominación del proyecto se debe a que «el concepto de la obra añade a los espacios grandes de reunión unos colchones térmicos que son unos espacios captadores de radiación solar, de manera que el contraste térmico entre el exterior y el interior resulte ser el menor posible, aprovechando esa radiación en una zona donde hace mucho frío, porque Noviercas está pegando al Moncayo, a 1.100 metros de altura, donde predominan los vientos del Norte que propician también un cielo muy despejado; además en verano esos colchones se llevan todo el golpe del calor, ventilándose ellos solos y evitando que se sobrecaliente el interior, se trata pues de un edificio que tiene una estrategia climática sostenible».
CARACTERÍSTICAS. El edificio en cuestión tiene 550 metros cuadrados construidos, con dos salones amplios, uno que tiene uso diario (café, bar y restaurante), y otro que se utiliza más para eventos y celebraciones, esa flexibilidad se materializa a través de una serie de puertas correderas y tabiques móviles, lo que propicia que en un momento determinado pueda abrirse todo para un mismo uso, «además el edificio está situado en medio de una plaza y todos los alrededores también son objeto del proyecto, con lo que su uso puede prolongarse hacia las plazas».
La volumetría del edificio recuerda al inmueble anterior, desvela el arquitecto albacetense, y en cuanto su estética externa asegura que «hemos conseguido integrarlo mucho en esta zona, donde abunda la arquitectura mudéjar, ya que utilizamos un ladrillo similar a los antiguos que recuerda a este tipo de construcciones, además para unificar las zonas el edifico se corta a la altura de 2,70 metros y se utiliza una teja del mismo fabricante y del mismo color para que la cubierta, cuando llega a ese borde, se prolongue a modo de carcasa que unifica todo el conjunto (no en vano obtuvo una Mención Especial en los Premios Hispalyt 2017-2019 en la categoría de Obra Nueva) y empasta perfectamente con el paisaje y la cultura de la población».
(Más información en la edición impresa).