"En las cartas de San Pablo podemos sentir su entrega"

MCS
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El proyecto de Lectura creyente de la Biblia de la diócesis de Albacete cuenta con la colaboración de la Casa de la Biblia, en el que pequeños grupos se reúnen para leer la Sagrada Escritura

Florencio Abajo Núñez. - Foto: MCS

Pequeños grupos se reúnen en un buen número de parroquias para leer la Sagrada Escritura siguiendo un itinerario antiquísimo en la Iglesia: la lectio divina. El objetivo es leer, meditar y orar desde la Palabra de Dios con otros cristianos, de modo que juntos puedan seguir los pasos del Señor como discípulos suyos. De este proyecto hablamos hoy Florencio Abajo Núñez, Director General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y Director de La Casa de la Biblia.

Florencio, ¿Cómo has encontrado a los animadores tras el receso de la pandemia?

La pandemia ha afectado de manera importante a toda nuestra vida. También a las actividades que desarrollaban en los ámbitos parroquiales. La experiencia de este tiempo ha sido distinta en cada grupo. Algunos de ellos han cesado completamente su actividad, otros la han recuperado en cuanto las autoridades lo han permitido, un buen número se ha ido reuniendo de manera virtual… En el curso que hemos celebrado hace poco, los animadores han compartido las dificultades que han tenido durante este tiempo y, sobre todo, la necesidad de retomar la normalidad, las ganas de volver a reunirse y el bien que hacen estos encuentros a los que participan y a la vida parroquial.

Este nuevo curso lo iniciamos con San Pablo. ¿Qué cartas del apóstol vamos a leer? ¿Por qué?

El proyecto comenzó en el año 2016. Desde entonces los grupos de lectura creyente se han acercado a los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas, y al libro de los Hechos de los Apóstoles. Al programar con los responsables diocesanos por dónde continuar en los próximos años, consideramos conveniente acercarnos a las cartas de San Pablo, por la importancia de estos escritos y por la oportunidad que nos ofrecen de introducirnos en un género literario distinto.

El denominado corpus paulino está compuesto por un buen número de cartas y la lectura de todas ellas a lo largo de un año siguiendo la metodología habitual era inviable. Esta realidad nos ha obligado a hacer una selección: elegimos las cartas a los Romanos, Gálatas, Filipenses y Filemón. Los criterios que utilizamos han sido varios, aunque me gustaría subrayar tres de ellos: que las cartas fueran reconocidas por los estudiosos como escritos verdaderamente paulinos, que su contenido tuviera especial relevancia para la vida de la Iglesia tanto en sus orígenes como en nuestros días y que conjugaran adecuadamente los elementos más teológicos con otros que expresaran la genuina forma de vida de los cristianos.

¿Qué nos puede enseñar San Pablo para la vida de nuestras comunidades?

Las cartas nos acercan a unas comunidades muy jóvenes -apenas recién fundadas- y completamente distintas entre sí. Cada una tiene sus particularidades, sus problemas, sus dudas, su organización interna… Cada comunidad se relaciona con el apóstol de una manera diferente y vive su fe con sus acentos y con mayor o menor intensidad. En todas ellas se intenta vivir en fidelidad al evangelio de Jesucristo. Pablo las acompaña como un buen pastor: las conoce bien, las quiere entrañablemente, viaja para estar con ellas y, cuando esto es imposible, les envía estos escritos. Nosotros, que llevamos a la espalda dos mil años de cristianismo, nos reconocemos fácilmente en situaciones similares. Y como aquellas comunidades, contamos con la cercanía, el cariño y los desvelos de nuestros buenos pastores.

 

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