ADAME SABOREA EL TRIUNFO CON LO MÁS JUGOSO DE LA QUINTA

PEDRO J. GARCÍA
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El diestro mejicano disfrutó el mejor lote del encierro y paseó una oreja de cada uno de sus enemigos, Escribano cortó un apéndice y Eugenio de Mora se fue de vacío

La corrida de La Quinta respondió a las expectativas, por seriedad, por trapío y por el juego que dieron la mayoría de los astados, hasta cuatro propicios para el triunfo de los espadas, aunque sólo lo hizo Joselito Adame, curiosamente, en gran parte, gracias a dos grandes espadazos recibiendo a cada uno de sus enemigos, a los que hizo rodar sin puntilla. y Si hubo cuatro aprovechables, quedaron dos -ambos integrantes del lote de Eugenio de Mora- que fueron el contrapunto, sobre todo el peligroso primero, que hirió de gravedad al picador Marcial Rodríguez cuando le derribó y le cogió en el suelo, propinándole una cornada con dos trayectorias de 35 y 15 centímetros en la región escrotal izquierda. Fue atendido en la enfermería por el doctor pascual González Masegosa y su equipo médico y posteriormente trasladado a la clínica Santa Cristina, siendo el pronóstico grave.

Fue el susto inicial del festejo, porque todavía quedaba algún rezagado que se acomodada en el tendido cuando se produjo la dura cornada de un toro que fue el garbanzo negro del encierro. Porque el toro lo único que desarrolló fue peligro, sin atender a los engaños, más pendiente de lo que dejaba detrás y ahí tiró de oficio un veterano Eugenio de Mora que pasaportó como mejor pudo al toro. No cambió la suerte para el toledano tras la copiosa y pertinente merienda, porque el toro que saltó al ruedo en la reanudación del festejo fue poco mejor y eso que era mucho lo mejorable. No fue la tarde del diestro de Mora, porque este toro no se entregó en ningún tercio, no tuvo clase alguna y levó a Eugenio de Mora a tomar el camino de abreviar y despachar a su segundo enemigo, algo que hizo con un pinchazo en el costillas y media estocada. Pitos para el toro en el arrastre, al igual que sucedió con el que abrió plaza, y algún pito para el diestro, cuyo único pecado, en la tarde en la que regresó al coso albacetense tras varios de ausencia, fue tragar con ese lote.

lo mejor de la tarde. Lo mejor del ganado se lo llevó Joselito Adame, a quien correspondió el mejor lote, con dos buenos toros, sobre todo el primero de ellos, encastado, con nobleza, con clase y con entrega, que repetía con codicia en los engaños del diestro mejicano. Dejó la presentación con buenos lances de recibo a la verónica, rematando en los medios, ante un toro que tomó con celo el percal y que luego empujó en el caballo. Le siguió un ajustado quite por chicuelinas y todo prometía, pero la faena no tuvo un tono ascendente, más bien registró altibajos, sobre todo cuando el diestro mejicano toreó al natural, porque no se acopló bien por ese pitón y no terminó de sacar el buen juego que tenía. Mejor estuvo toreando con la derecha, con series más ligadas, pero muy cortas, de tres muletazos y el de pecho. Hubo más intensidad en el tramo final y en la rúbrica con la espada, ya que ejecutó una certera estocada, recibiendo, que hizo rodar al toro y que aflorasen los pañuelos en el tendido para conseguir una oreja.

Antes de que saltase el sexto al ruedo se produjo una de las ovaciones de la tarde, que fue para el equipo médico, que salía de la enfermería de atender al herido Marcial Rodríguez. Detalle del público para reconocer a un gran equipo médico. Todo un lujo.

Salto el sexto y pronto se vio que Adame se había llevado el lote, aunque este toro no tuvo tan bueno condición como el tercero. Pero tampoco fue mala, sino la justa para tomar la muleta con nobleza y repetir en la muleta del diestro, con no terminó de ajustarse con el astado por ninguno de los dos pitones, que recurrió en exceso a agarrarse al toro y en poco brillantes y lucidos molinetes. Una faena más bien soso, con poco condimento, pero que tuvo la rúbrica de una gran estocada. Otra estocada recibiendo y un toro que rodó sin puntilla, lo que calentó a los tendidos para que pidiesen una oreja, la segunda de la tarde para Joselito Adame y la que le abría la puerta grande, la primera del abono ferial.

ventajista. Completó la terna Manuel Escribano, quien también paseó una oreja del primero de su lote, demasiado premio para lo visto sobre el ruedo ante un toro noble con el que siempre estuvo ventajista. Escribano realizó una faena aseada, con buenos pasajes, pero que no terminó de romper tanto por lo que le faltó al toro como por lo que le sobró de vantajista al torero. Una estocada rinconera muy efectivo aportó un poquito para que el público se decidiese a pedir un trofeo que posteriormente paseó el diestro.

La historia se repitió con el quinto de la tarde, aunque este toro todavía fue más soso que el anterior, pero tampoco se comía a nadie y la labor de Escribano pasó desapercibida, con un muleta vano y de poco contenido que dejó una faena lineal a un toro con poco recorrido. A ello se sumó el fallo con los aceros y cualquier posibilidad de cortar otro trofeo que le abriese la puerta grande se disipó. Así fue la tarde de Manuel Escribano, con pasajes de buena escritura taurina, pero también con otros donde hubo borrones.