La vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca

JM
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Los bañistas han regresado en junio a este humedal manchego declarado como Reserva Natural. La lámina de agua permite a visitantes de La Mancha y de otras poblaciones disfrutar de un paraje idóneo para el verano en Villafranca de los Caballeros

La vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca - Foto: David Pérez

Hamed carga en una carretilla las bolsas de basura de las papeleras y las sustituye por otras. Así recorren los trabajadores municipales la Laguna Grande de Villafranca de los Caballeros. Todos los días. Al menos desde este mes de junio, cuando los vecinos de los pueblos de La Mancha volvieron a maravillarse con este humedal después de cinco años irregulares. O secos como el 2020. 

«Esto es un milagro. Que esté tan verde es un milagro de la naturaleza», repiten Daniel y Leonor. Vecinos de Valencia, viajan con frecuencia a Villacañas y se enteraron de que las lagunas habían recobrado la vida. Porque la actualidad de esta Reserva de la Biosfera circula de boca en boca; no en vano, el lugar seduce desde hace generaciones. «Yo lo recuerdo siendo esto salvaje», apunta Leonor. Ahora, han vuelto con su hija, Inma, y su yerno, Wolfgang. Y con su nieto, Lukas Valentín, que debuta a sus seis meses de vida. «Estamos descubriendo España y La Mancha», explica Inma, que vive en Friburgo (Alemania).

El adjetivo salvaje probablemente rondaría la cabeza de Tomás, que observa a su hijo y a sus nietos mientras se asombran de la naturaleza. Porque el agua luce clara, como en paraísos remotos. «De pequeño, venía con carros y mulas», recuerda sobre un pasado que suena antediluviano. Se trata de uno de los humedales de mayor importancia ecológica de la región y fue declarado parte de la Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1981, dos décadas después de la infancia de Tomás.

La vuelta a la vida de las Lagunas de VillafrancaLa vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca - Foto: David PérezAhora, los jóvenes llegan en coches con las ventanas bajadas y la música alta. Y con ganas, por ejemplo, de montarse en los hidropedales que ofrece Maite Rodríguez en la casa rural 'Santa Elena'. El hospedaje está abierto todo el año, pero el abastecimiento del río Gigüela ha devuelto con fuerza a los visitantes. De la provincia, del resto de Castilla-La Mancha o de Madrid vuelan las reservas estos días.

El paisaje se ha recuperado durante la primavera. Posiblemente, como consecuencia del temporal 'Filomena', que dio los buenos días a 2021. Pero ya desde el verano de 2019, el paraje adolecía de falta de agua. Solo en septiembre de ese año, ganó una lámina y fue suficiente para que las aves repusieran fuerzas para continuar el viaje hacia África, tal y como mencionaba este diario en un reportaje publicado en febrero de 2020. El verano pasado, ni rastro de agua en las lagunas, cuya superficie reservada al baño supone apenas una tercera parte. En la Laguna Chica, a un paseo a pie, no rige el baño, pero se puede otear el espectáculo de las aves.

La veinteañera Paula muestra su entusiasmo por la defensa de las lagunas y el esfuerzo denodado de 'Lagunas vivas de Villafranca de los Caballeros', la asociación que presiona a los políticos para que la lámina de agua sea constante. El colectivo pide un plan de gestión propio que garantice estos niveles hídricos, para mantener las características geológicas y geomorfológicas. Así se mantiene este ecosistema, también en épocas de escasez de lluvias. «Con 40 litros por segundo, las lagunas de Villafranca desaparecerán. Necesitamos una actualización con criterios científicos», demandan con fuerza.

La vuelta a la vida de las Lagunas de VillafrancaLa vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca - Foto: David PérezEl río Gigüela nace en el Puerto de Cabrejas (Cuenca) y suma 225 kilómetros de longitud, en los que atraviesa las provincias de Cuenca, Toledo y Ciudad Real. También conocido como Cigüela, Jigüela y Xigüela, tiene una superficie de cuenca total de casi 12.000 kilómetros cuadrados y pertenece a la Cuenca Hidrogáfica del Guadiana. 

Paula se acaba de mudar a Villafranca y visita a diario las lagunas. «Da mucha vida al pueblo», afirma esta madrileña de orígenes cheleros (gentilicio coloquial de Villafranca) que colabora con 'Lagunas vivas'. Toma el sol junto a una amiga de la capital, Carolina, que se ha plantado en la playa manchega en apenas hora y media de viaje. 

Los madrileños conocen bien este paraje, un paraíso de juncos y golondrinas con una lámina gigante de agua que alcanza ahora el metro y medio en las zonas más profundas. A José Luis Alcolado, como a Tomás, le salieron los dientes en las lagunas. Y desempolva que vendía los botellines a cuatro pesetas (0,02 euros). Y lo sigue haciendo, pero a precio de 2021. Regenta el bar y alojamiento ‘Las banderas’, que ha remontado tras el desistimiento del toque de queda. «Nos alegramos de que haya llegado el agua», expresa y lamenta esos cinco años «con un charquejo en medio». La devolución del agua ha hecho recuperar parcialmente el ecosistema tiroteado durante estos años. «Es un milagro, no sabemos si el próximo año habrá agua», aventura al respecto el hostelero.

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La vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca - Foto: David Pérez
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La vuelta a la vida de las Lagunas de Villafranca - Foto: David Pérez

Daniel usó también la palabra milagro para referirse a la laguna. Uno mimado por el Ayuntamiento de Villafranca de los Caballeros, que cuida la limpieza y el funcionamiento de las áreas de recreo. Para que Lukas Valentín crezca visitando las lagunas, y el Gigüela, con el capote de las administraciones, obre el milagro.