El presidente del CP Villarrobledo aseguró ayer que «estamos en un sueño» tras conseguir un ascenso tanto tiempo perseguido y que ayudará, sin duda, a superar el complicado momento económico que a punto estuvo de llevar al club a su desaparición el pasado mes de diciembre.

Los hermanos De la Cruz, Berni y Alfonso, decidieron tomar el mando, el primero  todavía como jugador y capitán, una situación con la que ha lidiado con mucho sacrificio. Por ello, con 35 años, ya había decidido dejar su carrera como futbolística al finalizar esta temporada.

El ascenso no le hará cambiar de opinión, ya que la decisión estaba madurada y quería centrarse en su nueva etapa como presidente. «Tras pasar por el Almansa, lo único que me hacía ya ilusión era venir a Villarrobledo, jugar en mi pueblo y poner mi grano de arena para poder ascender a Segunda B. Conforme ha ido pasando la temporada cada vez lo he ido teniendo más claro, más cuando me decidí a tomar las riendas del club, porque esto lleva mucho trabajo. Si quieres hacer las cosas bien hay que echarle horas y es muy difícil estar en el vestuario y en el despacho al mismo tiempo».

Y la retirada se produce tras un espectacular playoff que culminó con el ascenso a Segunda B. «Ante el Lealtad fue mi último partido y ni en mis mejores sueños hubiese imaginado un final así. Ayudar a mi pueblo a subir a Segunda B y retirarme tras tres eliminatorias durísimas, frente a tres rivales de muchísima entidad, no podía haber mejor final».

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