Volvió a perder el Villarrobledo, que sigue sin estrenar su casillero de victorias. La apuesta de la directiva local por el proyecto liderado por Edu Pérez, refrendada con la renovación del cuerpo técnico pese a la delicada situación clasificatoria del equipo, no se vio recompensada con una victoria que se antojaba crucial por la visita de un rival directo al Barranco del Lobo.
Fue una derrota cruel, un mazazo anímico para un conjunto que se había rehecho tras ir por detrás en el marcador y jugar más de una hora con un jugador menos. Había logrado equilibrar cerca del descanso y pese a jugar ya sin el expulsado Ángel Cano, el tanto inicial de penalti de un Villarrubia que había sido mejor al comienzo. Consiguió que apenas pasara nada en la segunda mitad y que el rival nunca estuviera cómodo pese a jugar once contra diez. A punto de cumplirse el tiempo reglamentario llegó el 1-2, en el único desliz de atención, sin tiempo para la reacción.