Una delegación local participa en el Jamboree Scout Mundial

Ana Martínez
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La estudiante de Farmacia, Ana López, del grupo Lestonnac, se encuentra en el Medical Service del subcampamento 'Bravo', donde presta atención primaria

Albacetenses en el Jamboree Scout Mundial. - Foto: A.L.G.

El primer campamento scout internacional se celebró pocos años después de la Segunda Guerra Mundial para lanzar un grito unánime a favor de la paz. Desde entonces, el Jamboree Scout Mundial se organiza cada cuatro años para seguir recordándole a todos los países del planeta que los scouts aman la paz y la concordia.

Con este claro mensaje, una delegación albacetense partió esta semana rumbo a la reserva Summit Bechtel de Virginia Occidental, en Estados Unidos, donde unos 50.000 scouts de 160 países participarán en actividades educativas destinadas a promover la paz, el aprendizaje intercultural y las habilidades de liderazgo.

Junto a los menores de entre 14 y 17 años que ocupan tiendas de campaña y participan en esta aventura, se encuentra un grupo de jóvenes scouts de Albacete que han viajado como monitores responsables de los 25 adolescentes del Grupo Scout Seeonee de Toledo.

En esta delegación manchega se encuentra Ana López González, una joven estudiante de Farmacia que se confiesa «scout de toda la vida», ya que su primer campamento lo disfrutó en el vientre de su madre quien, por cierto, condujo a Ana de una forma natural hasta este movimiento, pues toda su infancia, gracias a la relación de su progenitora con el mismo, estuvo vinculada al escultismo: «Cuando llegué al grupo scout Lestonnac ya sabía las canciones de los scouts porque mi madre me las cantaba como nanas».

Entró a la edad permitida, con siete años, y en 2004 ya recibió la pañoleta al tomar la promesa de lobata. «Entrar en el grupo scout Lestonnac fue algo que tenía pasar, yo formaba parte de los scouts, me habían educado así». Y por eso considera que «soy scout desde que nací».

Ahora, con 22 años y toda la vida por delante, Ana López tiene ganas de descubrir y vivir nuevas experiencias sobre el escultismo. Con el bagaje de haber participado en el Roverway de Francia de 2016, ahora ha viajado hasta Virginia para «crecer como persona; uno de mis mayores objetivos aquí es aprender de los demás, sus diferentes culturas y los distintos escultismos que hacen».

 

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