Castilla-La Mancha echa el cierre

C.S.Rubio
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Castilla-La Mancha decreta el cierre de la hostelería, la grandes superficies comerciales y los locales de ocio y cultura. También adelanta el toque de queda a las 10 de la noche y prohíbe la movilidad entre municipios

Castilla-La Mancha echa el cierre - Foto: David Esteban

Castilla-La Mancha ha decidido echar el cierre ante el aumento exponencial de los casos de coronavirus tras las vacaciones navideñas. Desde las 0.00 horas de este martes ya no podrán abrir  los bares, restaurantes y cafeterías, los comercios de más de 300 metros cuadrados (salvo para la venta de productos de primera necesidad) y los espacios dedicados al ocio y la cultura. También se ha decretado el cierre perimietral de todos los municipios de la región. O lo que es lo mismo, no se podrá salir del lugar de residencia salvo para trabajar, estudiar o por cuestiones de causa mayor como ir al médico, y siempre con un documento que así lo acredite.

El toque de queda también se revisa. El Consejo de Gobierno ha decidido adelantarlo a las diez de la noche, el tope marcado por Moncloa, y el miércoles se elevará al Consejo Interterritorial de Salud la posibilidad de revisar al alza esta media. ¿El objetivo? Tener unidad de mensaje para combatir el virus, «como ya la tenemos en los tratamientos y en las vacunas», según explica el presidente regional, Emiliano García-Page, que no ve con buenos ojos la guerra abierta sobre este tema entre el Ejecutivo de Sánchez y el de Castilla y León.

En esta línea  de buscar la colaboración entre administraciones, la Junta ya ha solicitado a la Delegación del Gobierno de España y a la Federación de Municipios y Provincias  un «despliegue claro de la Guardia Civil y de las Policías Nacional y Local para ayudar al repliegue de la ciudadanía».

Medidas que ya están en marcha en Ciudad Real. Pero volviendo al nuevo decreto de restricciones,  cabe apuntar que en esencia son las mismas medidas que ya están en marcha desde la semana pasada en toda la provincia de Ciudad Real, tal y como confirman fuentes del Ejecutivo a La Tribuna.  Entre otras cosas, porque el decreto de alerta nacional  no permite mucho más margen de maniobra.

De esta manera, se cierran los espacios deportivos en general y  las saunas, así como las salas de juego y los bingos. También se procede a la suspensión de cualquier tipo de actividad cultural o de ocio, como cines, teatros o conferencias. En definitiva, cualquier actividad que supongan la participación o presencia de más de seis personas se queda en el limbo hasta nueva orden.

Además, se reduce de nuevo el aforo de los mercadillos (y solo para la venta de alimentos), y las academias de formación no reglada deberán abrir al 50% de su aforo. Se vuelve así a un escenario equiparable a las primeras semanas de desescalada.

Lo que no se toca es la educación reglada, desde colegios e institutos a escuelas de idiomas o conservatorios, al haberse constatado que no son lugares de riesgo.

En cuanto a las residencias de mayores, vuelven a cerrarse a las visitas. Y también cierran los centros de día y los  hogares del jubilado.

Los parques y jardines esta vez  se quedan abiertos (en ocasiones anteriores no lo habían hecho), si bien se impedirá el acceso a estos recintos  entre las 22:00 y las 8:00 horas.

Son medidas que ya están «probadas» y «funcionan», según apunta el presidente regional, que pone como ejemplo el caso de Manzanares, donde la curva de contagios se ha reducido un cincuenta por ciento desde que se decretó el confinamiento del municipio.

Excepciones a la regla. Quedan exceptuados de estas medidas aquellos locales y establecimientos que en virtud de sus especiales características presten un servicio que se pueda considerar esencial o no sustituible, como los servicios de hostelería de hospitales y clínicas, para uso de usuarios y profesionales, servicios de hostelería y restauración de establecimientos hoteleros, para uso exclusivo de los clientes alojados en los mismos, servicios de hostelería y restauración situados en empresas y lugares de trabajo, para uso exclusivo a empleados y servicio de comedor escolar en guarderías y colegios de Educación Primaria.

No obstante, en todos estos supuestos queda suspendido el servicio en barra y su aforo máximo se establecerá en un tercio del fijado habitualmente, manteniendo en todo momento el resto de medidas establecidas en la normativa en cuanto a distancias de seguridad y agrupación.

Y también se permitirá el servicio reparto a domicilio dentro del margen horario permitido por el toque de queda.

 

Las restricciones se revisarán el miércoles de la próxima semana

El miércoles de la semana que viene el Consejo de Gobierno tiene  previsto revisar estas restricciones, incluidas las impuestas en Ciudad Real la pasada semana. No obstante, el presidente regional, Emiliano García-Page, ya avisa de que  la orden aprobada este lunes no tiene una fecha de fin preimpresa, más allá de la marcada por el decreto de Estado de Alarma, que se prolonga hasta mayo. Todo dependerá de la evolución de los datos, según insiste. «Son diez de esfuerzo para evitar 12 meses de pena».

«Hemos tomado esta decisión para evitar el colapso sanitario y la pérdida de control de los casos rastreados»,  explica. Y es que, «es necesario frenar en seco el desarrollo del virus», visto el incremento de los casos en las últimas semanas y visto también que, si bien «todavía no tenemos colapso sanitario, sí empezamos a notar la presión».

García-Page también sale al paso de las posibles críticas que puedieran acarrearle estas medidas desde el plano económico. Como advierte, «si no cortamos el virus, no atajaremos la crisis económica».

Además, recuerda que Castilla-La Mancha está siendo unas de las comunidades «más permeables» en cuestiones como los toques de queda y los horarios comerciales. «Hemos estado siempre en la banda más moderada, pero hoy no tenemos más opción que tomar estas medidas». Medidas que, insiste, «han demostrado ya su efectividad allí donde se han aplicado».