Los viñedos de Castilla-La Mancha parece que se plantaron aposta para guardar la distancia social con el coronavirus. El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, contó que entre cada hilo de cepas hay una distancia media entre 2,5 y 2,8 metros, mucho más de lo que se aconseja para prevenir el contagio por el Covid, que es el metro y medio. Por eso Agricultura exige que si un trabajador no puede llevar la mascarilla en la vendimia, tendrá que trabajar solo en su hilo, sin que haya ningún compañero más.

En todo caso es una excepción, porque el consejero recordó esta mañana que el uso de la mascarilla es obligatorio. Es una de las medidas establecidas en una orden que se publicó el 12 de agosto. Ahí, por ejemplo, se planteaba que los temporeros trabajasen en cuadrillas estables con los mismos integrantes (una especie de cuadrilla burbuja). Se hablaba además de desinfectar, facilitar hidrogel y guardar la distancia, algo para lo que en el propio diseño del viñedo tienen una ayuda.

En caso de que no se pueda prevenir el contagio y aparezca un positivo, Agricultura obliga a los agricultores a «tener un listado diario de vendimiadores asalariados en el campo» y de las personas con las que conviven, para facilitar el rastreo.

Martínez Arroyo contó que, como todos los años, se va a hacer un trabajo de vigilancia por parte de la Inspección Laboral y que se pondrá en marcha la maquinaria de  Salud Pública en caso de contagio. Se remitió a unos datos que dio el ministro de Sanidad a nivel general para indicar que la incidencia en la agricultura de los brotes es inferior a otras actividades económicas.