Con un desfile desde la plaza de la Catedral hasta el recinto de la verbena, en el corazón de la Feria, se iniciaba el acto de exaltación del traje manchego, que una vez más fue organizado por el Grupo de Folclore Abuela Santa Ana, y ya son 23 años consecutivos, para mostrar como si de un museo se tratara como era la indumentaria popular de nuestros antepasados, cómo se llevaban las distintas prendas en función del momento del día, es decir, si se utilizaba para la labor o para las grandes celebraciones festivas.

En esta ocasión, aprovechando la climatología los componentes del Grupo de Folclore Abuela Santa Ana han podido lucir ropas que habitualmente no se han expuesto al público por las altas temperaturas de ferias anteriores, como capas antiguas o mantas de diferentes tejidos .

En “un Museo en la calle”, así lo definía el propio Alberto Montesinos, director del grupo folclórico, se ha convertido la muestra de este año, donde el escenario de la verbena ha servido para exhibir la evolución de la indumentaria a lo largo de los siglos XVIII, XIX y XX, con las influencias recibidas de las modas europeas.

En algunos casos se han lucido prendas originales de siglos atrás, y en otros, reproducciones fieles confeccionadas para que que no queden en el olvido.