Creen que el atropello al cobrador del frac fue intencionado

Josechu Guillamón
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Los agentes explicaron que los frenos «funcionaban perfectamente» y que el vehículo del acusado realizó «una parábola para embestir al turismo», ya que habría podido esquivarlo

El acusado se dirige al Tribunal, en un momento del juicio. - Foto: Rubén Serrallé

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió ayer la segunda sesión del juicio contra un hombre, que se enfrenta a 10 años de prisión, por intentar asesinar al cobrador del frac arrollando su  turismo con un vehículo industrial, un siniestro que según afirmaron los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local de Villarrobledo fue intencionado.

El primer agente en declarar fue el instructor del atestado de la Guardia Civil, que explicó que en primer lugar examinó la máquina industrial un agente de Villarrobledo, instantes después del accidente y comprobó que «frenaba perfectamente», algo que corroboró luego el propio guardia. Además la máquina se inspeccionó nuevamente uno o dos días después y también comprobaron que frenaba. 

Por último, concluyó que el accidente «era totalmente intencionado, tuvo que invadir el carril contrario, tenía una distancia de 120 metros, con una visibilidad perfecta, podría haber evitado el vehículo y no lo hizo». «No hizo maniobra para esquivar el vehículo, es más, según el croquis hizo una parábola para embestir el turismo».

Unas afirmaciones que corroboró uno de los agentes de la Policía Local de Villarrobledo. «No fue un accidente de circulación, los frenos funcionaban bien y había buena visibilidad». En este sentido, su compañero añadió que «se saltó el ceda el paso, no frenó, si hubiera frenado no habría montado el coche en la acera».

El camión. Otro de los puntos en los que se insistió mucho durante la vista fue la posible existencia de un camión, que estuviera aparcado en el portón de una nave  propiedad de unos chinos que se encuentra en la calle San Antonio, que habría obligado a girar al acusado, algo que negaron todos los agentes. 

Los primeros en negar la existencia de ese camión fueron los guardias civiles, pero ellos llegaron más tarde, por lo que podría haberse marchado ya. Sin embargo, los policías locales fueron contundentes. «Nosotros llegamos a los tres minutos de producirse el accidente y no había ningún vehículo de grandes dimensiones en la calle San Antonio. En el almacén de los chinos no había ningún camión, ni el acusado dijo que hubiera esquivado un vehículo que le impedía el paso». «El portón estaba cerrado a cal y canto».

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