Las nuevas ofertas de empleo que están saliendo no van para ellos. El número de parados de larga duración ha ido en aumento a pesar de que la recuperación está consiguiendo reducir los niveles de desempleo. El estudio que ha hecho UGT en Castilla-La Mancha lo deja claro. Con los datos del segundo trimestre de 2021, hay 17.000 parados más de larga duración que hace un año, cuando España estaba saliendo del primer estado de alarma. En concreto, se ha producido un incremento del 25% del número de personas que lleva más de un año sin trabajo. En esta situación ya hay más de 88.700 castellano-manchegos, cuando hace un año eran 70.900 y en 2019, en la era preCovid eran 78.300.

La secretaria de Empleo y Política Sindical de UGT en Castilla-La Mancha, Isabel Carrascosa, avisa de que se ha cambiado una tendencia positiva en Castilla-La Mancha, pues desde 2013 se venía reduciendo el número de parados de larga duración. El efecto de la crisis del coronavirus es innegable. Por un lado explica que en 2020 esta cifra de parados de larga duración siguió bajando porque el INE saca de la lista a los que no están en búsqueda activa de empleo y con la pandemia para muchas personas no era tan fácil hacer este itinerario. Por otro lado, señala que la incidencia de esta crisis se nota en el hecho de que sobre todo el incremento se ha producido entre los parados que llevan entre uno y dos años sin empleo, no tanto entre los que acumulan ya más de dos años sin trabajar.

Carrascosa advierte de que hay que poner el foco en estos parados para que no se quedan fuera de la recuperación. "Ha habido descenso del desempleo, pero ese descenso no ha afectado a personas de larga duración", avisa. Señala que afecta más a mujeres, pues si en un año ha crecido un 25% el número de parados de larga duración, en el caso de las trabajadoras ese incremento ha sido del 30%. También advierte de que la mayor parte de estos parados de larga duración tienen más de 55 años, pero no se olvida tampoco de cómo está afectando a los jóvenes. Resalta que además los que encuentran trabajo lo hacen de forma precaria, pues solo un 6,6% de los contratos que se hacen a jóvenes son indefinidos.

Carrascosa apunta que en estos momentos el 53% de los parados de la región son de larga duración, más de la mitad. Por eso pide que se hagan políticas públicas de empleo a medida, ajustándose a las competencias y perfiles que demanda el mercado laboral. También demanda que se refuercen con más personal las oficinas de empleo. En un ámbito más nacional, ve indispensable que se suba el salario mínimo interprofesional y que se derogue la reforma laboral.