La primera ministra británica, Theresa May, acudió ayer de nuevo al Parlamento para pedir a los diputados «algo de tiempo» con el que «completar el proceso» de negociación con la UE y presentar dentro de dos semanas nuevas garantías que permitan salvar las reticencias al actual Tratado de Retirada.

La premier, que da ya por cerrado un acuerdo con Bruselas para «nuevas conversaciones», pidió paciencia a la Cámara de los Comunes, la misma que a mediados de enero tumbó por abrumadora mayoría el acuerdo del Brexit. A día de hoy, el Reino Unido saldría el 29 de marzo del bloque comunitario sin ningún tipo de red. 

«Cuando logremos el progreso que necesitamos, convocaremos otra votación», remarcó May, que aún confía en obtener algún tipo de nueva garantía sobre la salvaguarda planteada para la frontera irlandesa a pesar de las reiteradas negativas de los líderes europeos de renegociar el documento. 

Si el Gobierno no logra el apoyo de una mayoría de la Cámara al texto y a la declaración política que esboza la relación futura entre las partes, la conservadora se comprometió a aclarar su posicionamiento el 26 de febrero y que se celebren al día siguiente nuevas votaciones no vinculantes. La sesión definitiva se aplazaría por tanto a marzo. 

El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, acusó a la dirigente de apurar plazos de forma «imprudente» para «chantajear» a los diputados.