Hablemos de la muerte

Maite Martínez Blanco
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Unas 300 personas se reunirán en las jornadas sobre el buen morir convocadas para humanizar este trance en el ámbito sanitario

Hablemos de la muerte

Atrás quedaron los tiempos en los que un enfermo moría en cuidados críticos, sin un familiar que le apretase la mano. Atrás quedaron los tiempos en los que era prioritario higienizar el instrumental antes que dejar un espacio de intimidad a quien se despide en ese momento de la vida terrena. La humanización, esa corriente que lo impregna todo en los últimos tiempos, también la sanidad, ha llegado también a la muerte. 

Enfermeras, psicólogos, médicos, jurídicos y arquitectos se reunirán en torno a la muerte. Hablarán del buen morir ante un auditorio de 300 personas que se han inscrito en las II Jornadas sobre el Proceso de la Muerte organizadas por el servicio de Anestesia y Reanimación del Complejo Hospitalario de Albacete, que tendrán lugar este jueves en el paraninfo de la Universidad.

Son los servicios de cuidados críticos los que más cerca están de pacientes aquejados por patologías graves, que los acercan a la muerte, pero lo cierto es que el 90% de los 800 enfermos que cada año pasan en Albacete por los servicios de cuidados críticos, como son Reanimación o Cuidados Intensivos, salen con vida. Quizás sea esta cercanía a la gravedad, no obstante, lo que hace que estos profesionales se hayan planteado la conveniencia de hablar sobre la muerte y dejar atrás los miedos y tabúes que rodean al fin de la vida. 

«Debemos normalizar la muerte, es algo que a todos nos llega», dice rotunda y clara María Dolores Pardo, enfermera supervisora del Servicio de Anestesia y Reanimación, que admite lo difícil que es también para el personal sanitario estar junto a las familias cuando llega el momento de dar una mala noticia.

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