Con tan solo 27 años, Beatriz García Martínez ya ha recibido el reconocimiento al esfuerzo. Su tesón en la rama del conocimiento y su pasión por el arte y las telecomunicaciones la han convertido en la responsable de un proyecto científico que trata de medir las emociones de los seres humanos, especialmente el estrés. Nacida en Albacete, Beatriz García fue estudiante de las antiguas Dominicas, hoy San Francisco Coll, y del instituto Andrés de Vandelvira donde cursó el Bachillerato. Posteriormente se trasladó a Cuenca para estudiar el grado en Ingeniería de Sistemas Audiovisuales de Telecomunicaciones y, a su término, el máster universitario en Ingeniería de Telecomunicación. Una rara avis en el mundo de las ingenierías, copadas mayoritariamente por varones. La carrera formativa de Beatriz no quedó ahí. De vuelta en Albacete se matriculó para hacer el doctorado en Tecnologías Informáticas Avanzadas, cuya tesis presentará en breve, al tiempo que cuenta con una beca de formación de profesorado universitario. Esta misma semana, Beatriz ha recibido el premio al Mejor Proyecto Científico dirigido por una Mujer Joven, promovido por la Fundación Biotyc y concedido por el Ayuntamiento de Albacete, dentro de la primera edición de los Premios a la Investigación y a la Cultura Científica Joven.

¿Cuáles fueron los motivos que la condujeron hacia la Ingeniería de Telecomunicaciones?

La verdad es que siempre me ha gustado mucho toda la rama tecnológica y el cacharreo. También me gusta mucho la parte de arte, de la imagen y el sonido. Ese grado de Sistemas Audiovisuales de Telecomunicaciones me daba ambas cosas. Por eso decidí estudiar ese grado concreto, porque me ofrecía poder desarrollar la parte de imagen y sonido desde el punto de vista técnico.

¿Satisfecha con los estudios cursados? ¿No le han defraudado?

No, para nada, estoy muy contenta. Es una carrera que abre muchas puertas y ofrece un abanico muy amplio de posibilidades, aprendes muchas cosas y estoy muy contenta con los estudios.

Teleco, como se conoce popularmente, siempre lleva el sambenito de que es una carrera muy difícil, pero poco se habla de la cantidad de salidas profesionales que tiene.

La carrera es complicada, pero como todas las ingenierías. Todas las carreras, en cualquier rama del conocimiento, tienen su dificultad. En las ingenierías, y en el caso concreto de las Telecomunicaciones, es cierto que hay que hacer mucho esfuerzo desde el primer día, traer una base muy importante de conocimiento previa a la universidad y dedicar mucho tiempo y mucho trabajo para sacar buenos resultados. Con respecto a las salidas profesionales, los teleco tenemos muchísimas posibilidades, desde el diseño de antenas hasta los sistemas audiovisuales, pasando por el control de parámetros acústicos para aislamiento de edificios, el despliegue de las redes de telecomunicaciones, de fibra óptica, del 5G… Hay muchísimas salidas profesionales para los teleco y sí que es verdad que es una de las carreras, para mí, con más salidas profesionales y con un amplio abanico de posibilidades a la hora de encaminar tu vida laboral.

¿En la empresa privada?

Fundamentalmente en la empresa privada, sí. En la administración pública hay algunos perfiles más técnicos en los que puede tener cabida un ingeniero en Telecomunicación, pero hay muchas más salidas en la empresa privada o en la Investigación, Desarrollo e innovación, en la parte de I+D+i.

Estamos en un momento en el que se está reivindicando, visibilizando, el papel de la mujer en la ciencia y en la investigación. ¿Cómo está el panorama en este sentido?

La mujer tiene un papel muy importante en la ciencia, como en muchos otros aspectos. En la ciencia, la mujer tiene mucho que aportar. En mi caso concreto, en las ramas de tecnologías e ingenierías es cierto que las mujeres somos cada vez más, pero todavía seguimos siendo muy poquitas. De hecho, en mi grupo de investigación somos unas tres o cuatro mujeres y todo lo demás son hombres. No solo a nivel investigación, sino educativo, todas las ingenierías en todos los niveles educativos se siguen dejando para los hombres, mientras que las mujeres se inclinan por las Ciencias de la Salud. En cualquier caso, creo que nuestro papel es fundamental, tenemos muchísimo que aportar y ojalá las nuevas generaciones se animen más a participar e involucrarse en el mundo de la investigación, porque es muy bonito.

(Más información en la edición impresa).