Quejarse de los árbitros suele ser cosa de perdedores. Uno siempre se siente más perjudicado cuando los errores ayudan a la derrota y por tradición, cuando se acumulan esos errores, siempre se habla de contubernios o el manido no quieren que ascendamos, aunque al final, los errores se reparten, con esa frase también tan recurrente de que unas veces te dan y otras te quitan.
Hasta el Albacete fue un señor en este sentido y la primera vez que se quejó públicamente de los arbitrajes fue después de empatar con el Granada en Los Cármenes. Allí salió el director deportivo, Mauro Pérez, a denunciar esa persecución arbitral que parece tener el Albacete. «Lo decimos ahora, no cuando perdemos. Puedo hablar desde el penalti a Olivera en Elche; de la expulsión a Caro como locales nosotros, ante el Almería en el minuto siete, y luego en el caso de hoy que es una doble roja; no es roja porque haya sido una patada en la cara con todo lo que ha llevado consigo, sino es que encima es el último hombre; aparte de eso podemos sumar la de Soria con Bela; la de Aleix Febas el otro día ante el Rayo Majadahonda; la mano cuando hace la chilena Gentiletti; y seguramente se me quedan muchas...».

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