El tipo de explotación familiar ayuda a una vendimia segura

L.G.E.
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Aunque la recogida de la uva saca al campo a 20.000 temporeros en Castilla-La Mancha, el consejero de Agricultura apunta que muchos son residentes y que trabajan año tras año en los mismos campos

El consejero dice que hay que apostar por vender más vino de denominación de origen embotellado. - Foto: David Pérez

La vendimia ya ha comenzado en Castilla-La Mancha. Se empieza por las variedades más tempranas, que suelen recogerse de manera mecanizada. Pero en unos días se empezará a recoger la uva de secano, con variedades tradicionales de esta tierra como airén o tempranillo. Será entonces cuando salgan a los viñedos 20.000 trabajadores a cortar a mano los racimos. Será todo un desafío para el sector, tanto para mantener a raya los posibles brotes de coronavirus, como para dar salida a la producción con las dificultades que hay en el mercado.

Pero a pesar de que el contexto dista mucho de ser el mejor posible, el consejero de Agricultura es optimista. Francisco Martínez Arroyo explica que confía en que no se descontrolen los contagios por la tipología de explotación que abunda en Castilla-La Mancha, de carácter familiar, que suele contar todos los años con los mismos trabajadores para hacer la vendimia. «Soy optimista porque en Castilla-La Mancha el modelo de viticultura es familiar, tenemos explotaciones familiares con trabajadores muy estables», expuso, «viven con nosotros, son ciudadanos de Castilla-La Mancha aunque tengan una nacionalidad distinta a la española».

Aunque la vendimia precise de más mano de obra, destaca que la campaña es muy distinta a la del ajo, que ya se ha terminado y que «es la más difícil porque tenemos un número muy importante de trabajadores de manera muy puntual que vienen de otras regiones del país». Arroyo asegura que en estos momentos no hay brotes en activo vinculados a campañas agrícolas. En estos momentos está la fase final de la sandía y el melón y el arranque de la vendimia mecanizada.

Pero el consejero también se muestra optimista de cara a los mercados por una cuestión de matemáticas. A 31 de julio había almacenados 10,8 millones de hectolitros, que son dos menos que hace un año. Las previsiones de esta vendimia de 2020 apuntan a 23 millones de hectolitros de vino y mosto, una cifra en la media de la región. «Estaría muy por debajo de lo previsto hace meses y eso es un buen dato para el mercado», apuntó. Hace dos años se llegó a los 28.