«Rosalía tiene una carrera larga por delante»

SPC
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Su particular estilismo con gafas de sol oscuras e indiscretas peinetas acompañan a esta onubense desde hace 30 años, que fusiona como nadie en España la copla, el flamenco, el rock y el tango

«Rosalía tiene una carrera larga por delante»

Es nombre y personaje a la vez. Su música trasciende más allá de sus gafas de sol oscuras y su peineta vanguardista o clásica. Fusiona copla andaluza, flamenco, bolero, jazz, tango, rock y guarachá... Martirio, a sus 65 años, sigue siendo una de las intérpretes originales del panorama del folclore español. Reconoce que fue ella misma quien eligió su imagen en sus comienzos, ya que siempre ha llevado las riendas, uno de los mayores logros de su carrera. Un estilismo al que esta onubense ha sido fiel durante más de 30 años y los que le quedan.

Se le ve especialmente bien en el escenario con el pianista gaditano Chano Domínguez, ¿cree que forman un buen tándem?

Nos fascina a los dos y más si es para recordar al artista cubano Ignacio Villa, Bola de nieve. Nos encanta como intérprete, compositor y pianista. Musicalmente, para Chano es un placer y un reto porque el bolero se une al jazz y, además, se puede aflamencar con bastante naturalidad. Con lo cual, podemos llevarlo a nuestro estilo y reivindicar en el siglo XXI la figura de un artista mundial que es capaz, después de cien años, de seguir emocionándote y llevar a conectarte con tus sentimientos. 

Ha reinterpretado música de artistas que de otra manera quizá no hubiera llegado a oídos de las nuevas generaciones. ¿Está orgullosa de este trabajo?

Estoy muy orgullosa de poder volver a poner de actualidad a intérpretes y canciones que hacen falta hoy en día para que la gente pueda sentir. 

Destaca por su fusión de la copla española con pop-rock. ¿Cómo comenzó su relación con este tipo de música?

Con la copla tengo una relación desde pequeña. En Andalucía se canta mucha copla y yo siempre la he amado, pero también me gusta mucho el jazz, el flamenco, el bolero, el tango... Y todas esas músicas en las que yo creo que puedo aportar mi lenguaje propio. Intento experimentar y trabajar con ellas.

¿Qué le parecen las nuevas formas de abordar el folclore español? Por ejemplo, Silvia Pérez Cruz, con la que comparte en numerosas ocasiones cartel.

Silvia me parece una diosa. Canta maravillosamente. Es una gran investigadora, una gran trabajadora y una persona comprometida y muy sencilla. Cuando se sube al escenario es un goce absoluto.

¿Y Rosalía?

Rosalía me parece muy valiente, muy original y tiene por delante una carrera larga. 

Gafas y peineta. Su imagen ha sido siempre marca de su propia casa. ¿La elegía usted?

Absolutamente, la he elegido y la he enriquecido con gente que sabe más que yo. Y siempre he llevado la batuta. Eso es uno de los grandes logros de mi carrera: poder llevar las riendas desde que empecé hasta ahora. 

¿Cree que los artistas actuales tienen más o menos libertad de la que tuvo usted?

Hoy las cosas están bastante más conservadoras. Creo que hay unos artistas emergentes maravillosos, gente preparadísima de la generación siguiente a la mía que tiene muchas dificultades para darse a conocer y para salir en los medios. 

Ha colaborado con músicos como Jerry González, Chavela Vargas y Compay Segundo, solo por nombrar a algunos.

Tengo aproximadamente 45 colaboraciones con gente absolutamente distinta tanto en voz como en ritmo, pero que conmigo tienen como un hilo de unión que me hace ser fan, contactar y terminar cantando con ellos. Por ejemplo, Amancio Prada, Ojos de brujo o María del Mar Bonet, hasta Javier Ruibal, Compay, Kiko Veneno, Chavela Vargas o Jerry.

¿Quién le impuso más y a quién recuerda con más cariño?

Imponerme me impone todo, porque yo antes de salir al escenario estoy como un flan, y cuando termino soy la mujer más feliz el mundo. En cuanto a devoción te nombraría a Chavela, que quizás ha sido la artista que más me ha influido por su forma de cantar, por cómo era y cómo se desenvolvía. Un cariño especial le tengo a la compositora cubana Marta Valdés, que para mí ha sido siempre una fuente de inspiración. Y la gira más simpática y sorprendente fue la que hice con Compay Segundo.

¿Con qué nuevo estilo se atrevería a cantar?

Me gusta muchísimo el fado y estoy muy enamorada, enamoradísima, de la música gallega.

Son más de 30 años en la música, ¿qué es lo que siente que le queda por hacer?

Me queda por hacer mucha más música, más investigación, más radio; me quedan por hacer... un montón de cosas que hoy todavía me apasionan.