De profesión farmacéutico

I.M
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Una oficina de farmacia ya no centra su atención sólo en el medicamento en sí, la centra en el paciente, en orientarlo, en asesorarlo, en que su calidad de vida sea lo mejor posible

El farmacéutico, Arturo Díaz López, junto a uno de sus compañeros de trabajo, en su oficina de farmacia mientras atiende a dos clientes. - Foto: Rubén Serrallé

Para José Javier Martínez Morcillo, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Albacete, el contar con una Facultad de Farmacia en este campus sea para el Colegio como para la ciudad  y su provincia ha supuesto y supone no sólo ser fuente de nuevos farmacéuticos, sino también el haber podido contar con una renovación generacional importante. 

Además está la colaboración  entre el Colegio y la Facultad tanto vía los cursos de verano que se han venido haciendo de un tiempo acá con temas candentes  y de interés para los profesionales  y para la ciudadanía en general tomando parte en su confección e interviniendo como ponentes, como vía las prácticas tuteladas y dentro de éstas, las  conocidas como mixtas, algo, por otra parte, totalmente novedoso en el panorama nacional llegando también  a los servicios de farmacia hospitalarias con rotaciones por el hospital.

 Sean unas como otras dan al farmacéutico actual un papel activo en la evaluación y en la formación del futuro, y sólo en lo que son las tuteladas cabe decir que desde su primera promoción más de 200 alumnos han pasado por las oficinas de farmacia albacetenses.   No hay que olvidar,  dice Martínez Morcillo,  «que estas prácticas tuteladas, además, de servir para que el alumno conozca de primera mano sus salidas profesionales, son necesarias para la obtención del Grado, así como una posible entrada a sus primeros trabajos».   

Hoy por hoy, comenta el presidente del Colegio, en torno al 80% de los farmacéuticos que acaban su Grado acaban ejerciendo su profesión en una oficina de farmacia, pero hay otras salidas como opositar para trabajar entre otros sitios en un hospital en las especialidades que hay de farmacia, o investigar, no en vano,  añade, «la importancia de la Farmacia es capital. Ahora mismo no hay una profesión tan versátil como la de farmacéutico  en el control y seguimiento de esta crisis sanitaria».   Hay farmacias en el mundo rural y hay farmacias en el mundo urbano, pero, no obstante,  a diferencia de lo que podía pasar hace 10 años, hoy por hoy, explica, « las oficinas de farmacia ya no  centran su atención en el medicamento en sí, sino en el paciente, en el efecto y en la eficacia del tratamiento que recibe,  o mejor dicho, en cómo puede mejorar su calidad de vida a través del uso de los medicamentos, así como en la  asistencia farmacéutica a dar, en la orientación a prestar, en el seguimiento a hacer o en el  establecimiento de otros servicios» para ser usados por sus usuarios, porque, añade,  «somos cada vez más mayores y, además, queremos tener un estado de vida saludable hasta el final y la farmacia, en este envejecimiento activo de la población, tiene un papel esencial». 

 

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