Vivió una tarde para olvidar el Fundación Globalcaja La Roda, incapaz de vencer por tercera jornada consecutiva, aunque esta vez con el agravante de haber sido superado en todas las facetas del juego por un rival, el Torrons Vicens L’Hospitalet, que se presentaba en el Juan José Lozano Jareño como colista de la tabla y que se llevó el duelo por 59-68. Los jugadores visitantes fueron letales desde el perímetro, pero también debajo de los aros, donde los hombres dirigidos por Antonio Moya parecieron despertar del letargo solo cuando la derrota amenazaba con convertirse, además, en sonrojo.

En medio del amago de reacción de los pupilos de Moya, así como de la vuelta a la realidad del L’Hospitalet, el resultado no podía ser que el cúmulo de despropósitos de un último cuarto de anotación paupérrima (ocho puntos por equipo y un puñado de contadas canastas). Con ocho puntos de desventaja, La Roda desperdició hasta cinco ataques seguidos para limar la diferencia. McDonald, con otro triple lejano, y Radojicic, voluntarioso todo el partido, dejaron a su equipo a tiro de triple (57-60), pero de nuevo volvió la bipolaridad y el colista sacó un triunfo tan trabajado como evitable por parte de un La Roda irreconocible.