Una testigo dice que vio a los acusados llevar al fallecido

Josechu Guillamón
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La mujer asegura que no había dado el dato hasta ahora debido a que tenía miedo de los procesados

Imagen de los dos procesados, junto a sus respectivos letrados, en un instante del juicio. - Foto: José Miguel Esparcia

La declaración de los dos testigos  que no se presentaron la pasada semana al juicio, por el crimen de un hombre en Villarrobledo el 21 de diciembre de 2014, y que se realizó ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, no dejó indiferente a nadie. 

En cualquier caso, la declaración más impactante fue la de una de las camareras del último pub en el que estuvo el fallecido, con los dos procesados, ya que manifestó que vio como estos últimos llevaban a la víctima cogida por los hombros y la soltaban en plena calle tambaleándose, instantes antes de morir. 

Una declaración que fue sorpresiva, puesto que hasta el día de ayer la mujer no había hecho mención alguna sobre este hecho, por eso inició su testimonio con la frase: «en su día oculté algo por miedo a que me hicieran algo».

La camarera explicó que la noche de los hechos, el fallecido, que ayudaba puntualmente en el bar en el que ella trabajaba, estaba de copas con los dos acusados, a los que no conocía y que durante la noche les vio fumar droga en papel de plata, en el baño de mujeres del local, lo que le molestó debido a la amistad que le unía a la víctima. 

El cierre. Al cerrar el local se quedaron en la calle varias personas, entre las que estaban el dueño y otra camarera, que se fueron con la mujer del primero. También estaba el fallecido, al que ella le pidió que se fuera con ella a tomar una cerveza porque no le gustaba lo que había visto, y sus dos amigos. El fallecido, aunque ella se prestó a invitarlo, le dijo que iría, pero que antes iban a por dinero. Por esta razón el fallecido se fue con los dos acusados por una calle, en la misma dirección que iba el otro testigo, F.B., conocido en el pueblo por sus problemas con la bebida.

Mientras tanto, ella se fue con el portero del pub a la discoteca, donde se pidió una cerveza y salió a la calle a esperar la llegada de la víctima. Minutos después, su amigo giró la esquina agarrado de los hombros por los dos acusados. «Doblaron la esquina y lo dejaron, supongo que porque vieron que lo estaba esperando». «Vi que se tambaleaba, creía que iba muy borracho, por lo que entré a la discoteca a por una botella de agua y cuando salí (tardé cinco minutos) ya estaba en el pollete tumbado, con la cabeza apoyada en la puerta. Fui directamente hacia él y comencé a darle bofetadas y a decirle ‘ya te vale, vas borracho, te has pasado’, sin saber lo que le había pasado». 

En ese momento, en el que había  un chico llamando a la ambulancia, la víctima intentó hablar, pero no pudo. «Abrió los ojos, intentó decirme algo, pero me dio su último aliento».

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