La localidad de Tarazona de la Mancha celebró el día de las Mascarutas, el disfraz típico en la localidad durante muchos años, cuyo objetivo era no ser recocido y pasar el tiempo «dando la murga» y a los demás. Para ello, se utilizaba una caja en la cabeza y cojines o relleno dispuesto por todo el cuerpo y todo ello tapado con unas cortinas o similar. Además se cubría el rostro con una máscara y las manos con guantes, de manera que no hubiera forma de descubrir quién estaba detrás. Con un plumero en la mano y un bote de polvos de talco, se recorrían las calles con el típico «¡a que no sabes quien soy!», distorsionando la voz. Esto dio lugar a más de una anécdota que todavía se recuerda.
Sin embargo, ayer, a pesar de ser el día de las Mascarutas, vimos pocas de estas máscaras clásicas. La mayoría utilizó la imaginación para sacar a la calle nuevos disfraces y «números» a cual más original. A lo largo de la tarde, cientos de máscaras se concentraron en la Plaza Mayor y dieron rienda suelta ta a su imaginación, divirtiéndose y divirtiendo a quien estaba alrededor. Vimos también curiosos artefactos, que acompañaron a los participantes en la celebración, como mulas mecánicas que tiraban de carro o un taller mecánico instalado en una plataforma.
Una tarde participativa, como todas en los Carnavales de Tarazona y con el tiempo que acompaño e hizo que hubieran visitantes de otras localidades de la comarca y vecinos de localidad.
Finalizó la jornada con el baile de Carnaval, en el Teatro Cine Sanchiz, en esta ocasión, contó con la orquesta Costa.
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