El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, criticó ayer que determinadas formaciones políticas vayan con el «no por adelantado» a dar su apoyo a una reforma laboral que ha logrado el acuerdo de todas las partes, del Gobierno de España, de la patronal y de los sindicatos.

Durante el acto de inauguración de la Ciudad de la Justicia que presidió el rey Felipe VI, el jefe del Ejecutivo regional estimó que la norma «inevitablemente tiene que aprobarse», pero no ya porque se haya superado «la parte más espinosa y difícil» que dijo estar en conseguir el visto bueno de empresarios y sindicatos, sino porque «sería muy grave para la clase política en su conjunto y sobre todo para aquellos que se oponen por oponerse» pronunció.

«Sería muy grave explicar que algo que viene muy pactado, muy gestionado tenga un no por adelantado -y añadió- no he escuchado razones para decir una cosa u otra».

En este sentido consideró que «los millones de trabajadores y la empresa requieren una reflexión sensata» porque «todo lo que vienen avalado por empresarios y sindicatos hasta la fecha ha funcionado bien, y de hecho a mi me parece muy bueno que se haya pactado entre empresarios y sindicatos», valoró el presidente regional.

Emiliano García-Page se mostró convencido de que «muchos que hoy se plantean no votar, lo hacen por hacer daño político», ya que hubieran utilizado la ruptura entre empresarios y sindicatos para votar en contra, «pero no puede ser que el acuerdo entre empresarios y sindicatos también sirva para votar en contra, es un problema de coherencia», lamentó.