Si hay un colectivo de alumnos que preocupa especialmente estos días a todos los docentes son aquellos que cursan segundo de Bachillerato. ¿La razón? Que es este año cuando deben enfrentarse a las pruebas de acceso a la Universidad (ahora llamadas Evau). Una prueba en las que una décima puede cambiar su futuro sobre si podrán optar al grado que quieren cursar o no.

Por eso, y ante la situación excepcional por la que atraviesa el país, el Ministerio de Educación acordó este miércoles que las pruebas se retrasen y que tengan lugar entre el 22 de junio y el 10 de julio.

Que las pruebas se hagan -siempre todavía pendientes de la evolución de una pandemia que tiene en estado de alarma a España- es la opción que ven con mejores ojos representantes de la comunidad educativa. Así, por ejemplo, lo indicó a este diario la directora del IES Bachiller Sabuco, Llanos Navarro, al considerar que la otra opción podría ser tomar como nota media la del expediente académico pero que «tampoco sería real, porque este curso es muy atípico».

El presidente de la Asociación de Orientadores Profesionales de Castilla-La Mancha (Aproclam), Sergio Carretero, también consideró apropiado que se haya dado más tiempo e incidió, como Navarro, en que con este colectivo de alumnos se está incidiendo mucho para que pierdan el menor ritmo de aprendizaje posible.

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