«Es una historia clásica de terror»

V.M.
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El escritor albacetense Miguel Ángel Molina de las Heras publica una nueva novela, 'Canciones desde el bosque'

El escritor y profesor albacetense Miguel Ángel Molina de las Heras. - Foto: M.Á.M.H.

El escritor y profesor albacetense Miguel Ángel Molina de las Heras acaba de autopublicar a través de Amazon una nueva novela, Canciones desde el bosque. Gran aficionado a los relatos y las películas de terror y ciencia ficción, el autor presenta al lector una misteriosa narración ambientada en Asturias.

¿Cuándo comenzó a desarrollar su faceta como escritor?

Comencé a escribir a los 14 años aproximadamente, en el Instituto Bachiller Sabuco de Albacete donde estudiaba, después de leer un par de libros de Lovecraft que mi hermano José Carlos me prestó. Evidentemente mis primeros intentos eran burdos plagios del autor norteamericano pero ya me había picado el gusanillo. Luego seguí intentándolo, porque sabía que llevaba dentro un narrador de historias y que poseía las herramientas para intentarlo, aunque era demasiado vago para ponerme manos a la obra. Fue más adelante, ya a partir de los 30 cuando decidí retomar la escritura. Hace unos cinco años comencé a subir mis libros a la plataforma KDP de Amazon y ahí están colgados en la web para quien quiera leerlos. De momento están disponibles El legado ummita, Descubrimiento de un mundo imposible, El demonio del mediodía y A través de la puerta secreta. Justo en estos momentos acabo de editar Canciones desde el bosque, con la ayuda de mi hermano en el inquietante diseño gráfico de la portada.

¿Qué encontrará el lector en este nuevo relato?

Canciones desde el bosque parece una historia clásica de terror. Cuatro amigos que se van de vacaciones a Asturias. Allí conocen los mitos locales y comienzan a ocurrirles cosas muy extrañas: locos sueños, objetos que desaparecen, algunas inquietantes presencias. Uno de ellos, que es especialmente sensible, acaba enloqueciendo y finalmente desaparece… Es una historia clásica de terror, pero es también la disección de la monomanía del propio protagonista, y la crónica de su autodestrucción. También habla, como no, sobre el amor y su fragilidad, pero fundamentalmente sobre la terrible soledad de los enfermos con depresión.

¿Se siente especialmente cómodo en el género de suspense?

Prefiero el misterio y la creación de atmósferas al suspense. Sería muy difícil para un escritor llevar a cabo una novela de suspense sobre el Titanic; sin embargo, es posible escribir una buena novela de misterio sobre el Titanic (imaginemos, por ejemplo, que no se fue a pique por culpa de un iceberg). Más interesante que el suspense es que el autor sea capaz de sorprenderte cuando menos te lo esperas, porque todo lo que rodea a la acción e misterioso. La sorpresa puede surgir en cualquier momento. En todo caso, no hay géneros malos, sino historias buenas o malas. Hace unos años escribí una novela policíaca llamada El legado ummita sobre un demente secuestrador de niños que está ambientada en el Albacete de 1979 con su Feria de Septiembre, la «marquesa de la mano cortada», los expedientes X de las viejas revistas de Mundo Desconocido, los artículos sensacionalistas de Pronto, etcétera, que podría catalogarse como «de suspense». 

¿Con ciertas dosis de terror psicológico incluido?

Aquí sí estamos más de acuerdo. Trato siempre de crear buenos personajes, creíbles y con toda una historia detrás -no soporto leer una novela donde de pronto te preguntas: ¿y este quién era?-. Y lo primero que intento crear es una personalidad, con sus creencias, complejos, culpas y miedos. A partir de ahí es más fácil que el lector empatice  con él o los protagonistas, se identifique con sus temores y acabe viviendo más de cerca sus experiencias. A mí, personalmente, si me gusta que esas experiencias sean malas, angustiosas... cuanto más mejor.

(Más información en la edición impresa).