Si en algo basó su reacción la pasada temporada el Albacete fue en la solidez defensiva, además de la intensidad que imprimía en su juego, algo innegociable para Lucas Alcaraz por aquel entonces y que no parece haber calado en el inicio de esta campaña. Cinco goles encajados en las dos primeras jornadas arroja muchas dudas sobre la confección de esta zona de la plantilla.
Con cuatro centrales justos, Arroyo, Kecojevic, Javi Jiménez y Gorosito, Alcaraz llega a la tercera jornada del campeonato con el centro de la zaga en cuadro, ya que tras la expulsión de Kecojevic y la lesión de Gorosito, que no llegará al partido del sábado, solo le quedan Arroyo y el jugador cedido por el Valencia, que todavía no se ha estrenado.
Pero el problema no es solo de efectivos, sino de sensaciones. La zaga manchega se ha mostrado blanda en estos dos primeros encuentros, con errores graves que evidencian otros problemas como la falta de concentración o, lo que es peor, una mala colocación sobre el campo. Los saques en largo del portero de la Ponferradina el pasado domingo se convirtieron en ocasiones del cuadro berciano porque superaban a los centrales con suma facilidad, mientras que a balón parado el equipo sufrió en defensa.

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