Revés judicial para las temporeras afincadas en la ciudad

M.O
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Un juzgado de Huelva acuerda el sobreseimiento provisional de la causa tras no encontrar indicios de los abusos que denunciaron varias trabajadoras

La abogada Belén Luján, con algunas de las denunciantes de abusos y explotación laboral. - Foto: Rubén Serrallé

La justicia paraliza por el momento la denuncia de un grupo de temporeras marroquíes acerca de supuestos abusos y explotación laboral durante la recogida de la fresa en Huelva el año pasado, una demanda impulsada por la abogada albacetense Belén Luján que hizo que las denunciantes terminaran viniendo a vivir a Albacete, donde por el momento tienen su residencia. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 del municipio onubense de La Palma del Condado ha dictado el sobreseimiento provisional de la causa, al entender que tras meses de instrucción «no se aprecian indicios delictivos». El demandado y su presentación procesal habían pedido el archivo del caso.

El auto que pudo consultar ayer este diario alude a las diferentes diligencias practicadas, la participación de la Guardia Civil, de la Inspección de Trabajo, la toma de declaración a diferentes testigos, y se concluye que «no se aprecian indicios de las irregularidades denunciadas en cuanto a las condiciones de trabajo». Se hace constar además que el 11 de febrero de este mismo año las 10 denunciantes ahora afincadas en Albacete debían declarar por videoconferencia, pero ese día «no compareció en los juzgados de Albacete ninguna de las denunciantes, sin que por ninguna de ellas se justificara la imposibilidad de comparecer».

recurrirán. El letrado gallego Jesús Díaz ha trabajado en la demanda junto a Belén Luján, y ayer explicaba a La Tribuna que recurrirán este sobreseimiento provisional de la demanda: «Hay toneladas de pruebas que hemos aportado y que no han sido tenidas en cuenta», dijo, y tuvo palabras de crítica para la investigación policial sobre los hechos: «Nosotros estábamos en Málaga cuando nos avisaron de estos hechos, y lo que nos encontramos allí al llegar fue una jaula con contenedores donde estaban encerradas cientos de mujeres; esa jaula sigue donde estaba, no sé qué vio la Inspección de Trabajo cuando fue».

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