23-F, la noche más difícil en el Consistorio de la ciudad

M.D.M.
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El que fuera alcalde de la ciudad cuando el Golpe de Estado de Tejero, Salvador Jiménez, pasó la noche en el Ayuntamiento junto a varios de los concejales pegados al transistor

Dirigentes de partidos políticos y sindicatos encabezaron la manifestación tras el 23 febrero bajo el lema ‘Por la libertad, la democracia y la Constitución’. - Foto: Antonio Moreno García (IEA)

La ciudad de Albacete, como el resto del país, vivía la noche más larga de su historia democrática el 23 de febrero de 1981, tras conocerse la grave noticia del asalto al Congreso de los Diputados protagonizado por efectivos de la Guardia Civil, mandados por el teniente coronel Tejero. Hoy se cumplen cuarenta años de aquel 23-F en el que la luz  del Ayuntamiento de Albacete, entonces en el actual Museo Municipal, en la Plaza del Altozano y con el socialista Salvador Jiménez como alcalde, no se apagaría. Sería en este escenario donde Salvador Jiménez, junto a algunos de los concejales de distintos partidos políticos pasaría la larga noche que, afortunadamente y como él mismo recordaba estos días a este diario «terminó pronto y con un final feliz».

Han pasado 40 años y ahora no podría entenderse un suceso de estas características sin contarlo minuto a minuto a través de plataformas como las redes sociales y con numerosos teléfonos móviles al alcance. Pero en ese momento, en la tarde-noche del 23 de febrero de 1981 y la madrugada del 24 de febrero, con la televisión intervenida en las primeras horas, no quedaba otra que aferrarse a los teléfonos fijos, los telegramas y los transistores, en una jornada histórica que conmovió a la opinión pública  y que tuvo a la radio como una de las grandes protagonistas.

Paradojas  del destino y cuestiones de la actual pandemia, lo único similar en estos días a las circunstancias de aquel 23-F es el toque de queda que se impuso que, además, era de 22 horas hasta las siete de la mañana, como recuerda por ejemplo el periodista Alfonso López, a quien el suceso le sorprendió embalando cintas para devolver a la emisora, en las instalaciones de la entonces Radiocadena y trastocó por completo sus planes de trabajo en una jornada que, como el resto de quienes vivieron ese día recuerdan «como si fuese ayer».

El abogado Salvador Jiménez, que era alcalde de la ciudad desde 1979, rememora aquella «triste noticia del Golpe de Estado» como uno de los hechos que marcaron, sin duda, su paso por el Ayuntamiento. «Pasamos la noche en el Ayuntamiento y son muchos los recuerdos de aquel día y de aquella noche, lo recuerdo como si fuera ayer mismo». Expresaba cómo la gente empezó a reunirse frente al Ayuntamiento en defensa de la democracia que tanto había costado conseguir y que se tambaleaba en esa horas o cómo «de inmediato, dos policías nacionales llegaron diciendo que venían a custodiar el Consistorio. Yo llamé al Gobernador Civil, que era Juan José Franch, y le dije que qué hacían allí porque la guarda del Ayuntamiento le correspondía a la Policía Municipal. Me dijo que él no los había mandado y los retiramos».

Sigue narrando que entonces, y ante la gravedad y la incertidumbre de los hechos, fue al Gobierno Civil con Jesús Alemán y Tomás Mancebo, que eran concejales en esa etapa en el Consistorio, aunque solamente pudo entrar él. «El gobernador civil dejó la reunión de seguridad para atenderme y me dijo que la cosa estaba dudosa». Recuerda que le preguntó de qué lado estaba y obtuvo por respuesta que el gobernador militar le había llamado para que le entregara el mando, «le pregunté cuál había sido su respuesta y me dijo que si quería el mando que viniera a recogerlo él». De inmediato regresó al Consistorio y remitió un telegrama a la Casa del Rey «indicando que estábamos con el Rey con la Constitución, para parar el Golpe».

El mismo consejo que dio que hicieran a otros alcaldes de municipios más pequeños «que llamaban con preocupación  para ver qué podían hacer».

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