«Cuando tienes tus 'habituales', la atención siempre mejora»

E.F
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La joven optometrista fue una de las profesionales reconocidas en el Día de la Mujer Rural por elegir la Sierra del Segura para abrir su propio negocio

Vanessa García, el día de su reconocimiento - Foto: R.S.

Entre la ciudad y el  campo, mejor el campo o, para ser más exactos,  la Sierra. Ésta fue la elección que hizo Vanessa García, una joven optometrista que recibió uno de los reconocimientos del reciente Día de la Mujer por elegir Yeste como sede de su negocio, Sierra Visión.

¿Usted es de Yeste?

No, soy de Molinicos, el negocio lo tengo en Yeste. Bueno, para ser más precisa, tengo dos locales, el principal en Yeste y otro más en Riópar. Estudié Optometría en la Universidad de Alicante y, aunque siempre me gustó la idea de establecerme en el pueblo, al principio hice como todo el mundo, me fui a la ciudad.

¿Cuál fue su primer destino?

Empecé en  Albacete, y estaba muy a gusto. Era una óptica familiar, la relación con mis jefes era muy buena y tenía un contrato fijo. 

¿Y dejó todo eso?

Todo fue una casualidad. Un compañero llevaba la óptica en Yeste. No le iba mal, pero por motivos personales la puso en traspaso y una de las primeras personas con las que habló fue conmigo. Eché mis cuentas y me lancé y del todo, porque además  cogí otro local y lo puse como quería. 

¿Le ayudó mucho el Grupo de Acción Local?

Me ayudó, y les estoy muy agradecida pero, al principio, me lancé con un crédito que avalaron mis padres con el que cubrí la mayor parte de la inversión inicial. El Leader de Elche de la Sierra me echó una buena mano en el acondicionamiento del local, pero el mayor esfuerzo lo tuve que hacer yo con un préstamo.

¿Y, siendo realistas, una óptica es viable en Yeste?

En la Sierra, una óptica es muy necesaria. Hay mucha gente mayor, la mayoría con problemas para ver de cerca,  y Yeste está bien situado, es un pueblo grande rodeado de muchos pequeños núcleos. Cuando vienen de las aldeas y de otros pueblos siempre hacen varias cosas: compras, papeleos, el centro de salud y también a la óptica.

¿Sólo tiene clientes mayores?

No, también hay jóvenes. Los jóvenes  suelen preguntar por las  lentes de contacto. Las gafas, si no hay más remedio, se llevan, pero si hay opción prefieren las lentes, supongo que por estética.

¿Conoce a todos y cada uno sus clientes?

Si.  Ahí está la gran diferencia, en todo lo que tenga que ver con la salud, hay que conocer a las personas. En la ciudad, no llegas a tener tanta relación y se nota. Cuando tienes tus ‘habituales’ la atención siempre mejora, sin duda.

¿Y su calidad de vida? ¿Se nota la mejora?

Claro. Quería tener esta calidad de vida: trabajo en lo mío, tengo a mi familia al lado y dispongo de mi tiempo. Incluso llevo dos locales, porque el de Riópar lo abro tres tardes la semana. Cierro el de Yeste y me voy allí, y de momento lo llevo bien.

¿No tiene empleados?

Ya me gustaría, pero todavía no. Pero como quiero ser madre, al final me lo tendré que plantear.