El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Se manifiesta en forma de episodios recurrentes que van desde la manía o hipomanía (alegría, euforia), hasta la depresión (tristeza, inhibición y, en algunos casos, ideas de muerte). Variaciones anímicas que influyen de forma significativa en los aspectos sociales, familiares, académicos o laborales de la persona afectada.

Es un trastorno psiquiátrico muy frecuente pero que afortunadamente, según la jefa de Salud Mental del Área de  Salud de Albacete, la doctora María Jesús Montes, tiene mejor pronóstico que la esquizofrenia. Se calcula que cerca de un cuatro por ciento de la población mundial sufre algún tipo de trastorno bipolar, en mayor o menor medida.

Esta enfermedad tiende a aparecer en la adolescencia o en la primera etapa de la edad adulta, es decir, entre los 18 y los 25 años.

Sin embargo, a diferencia de la esquizofrenia el 45% de las personas que la sufren que tienen una buena respuesta farmacológica al tratamiento tiene una buena recuperación y puede llevar una vida prácticamente normal. «En estos casos, la afectación es leve tanto en cuanto al deterioro cognitivo como al funcional», señaló la psiquiatra Montes. Un tercio, en cambio, de los pacientes que sufren trastorno bipolar está más afectado y su afectación cognitiva es similar al de una persona con esquizofrenia con mala respuesta farmacológica, al no poderse controlar las recaídas.

También hay otro 30% de personas con esta dolencia psiquiátrica, que a pesar de las recaídas pueden mantener las relaciones sociales.

La doctora María Jesús Montes explicó que aunque a día de hoy se desconoce la causa exacta que produce el trastorno bipolar, se presenta con mayor frecuente en personas que tienen antecedentes familiares, y todo indica que puede tener un origen genético y biológico.

Otro de los factores importantes que pueden predisponer a sufrir este trastorno es el consumo de sustancias