Siempre se ha considerado a la ganadería como la ‘hermana pobre’ del sector agrario. Una definición que en estos días de campaña electoral ha recuperado incluso algún que otro candidato. Pero, ¿qué pasa cuando a este sector se le añade la etiqueta de ‘ecológico’?

Pues que también se sigue quedando en un segundo plano. Así lo reconoce la ‘Estrategia de potenciación del sector de la producción ecológica de Castilla-La Mancha’, elaborada por la Junta de Comunidades y que parece que quiere cortar con esta tendencia, al menos sobre el papel.

De momento, este documento ya ha cambiado su nombre, optando por uno más políticamente correcto: ‘producción ecológica’, y dejando de lado el apelativo de ‘agricultura ecológica’, usado hasta ahora cada vez que se hablaba del sector en su conjunto, ganadería incluida.

Pero al margen de qué etiqueta se le pone al plan, de lo que sí advierte este texto es de que «la implantación de la ganadería ecológica es muy reducida en la región», pese a ser una gama de producto «de interés prioritario y gran peso específico tanto para el mercado interior como para la exportación».

¿Cómo se quiere invertir esta tendencia? Fundamentalmente apoyando «la base territorial ecológica para ganadería extensiva». Es decir, priorizando el aprovechamiento para pasto de los montes públicos y potenciando la producción de piensos ‘eco’.

Un punto este último donde Castilla-La Mancha tiene mucho que decir. Y es que la región cuenta con una más que potente producción ecológica de cereales y de legumbres secas y protegeinosas. En concreto, el 37 y el 52 por ciento del total de la superficie estatal, respectivamente. Dato que, unido a la existencia de una cierta estructura de fabricación de piensos ‘eco’ en la región, «animaría a pensar en la posibilidad de desarrollar una ganadería ecológica regional y diferenciada», según se asegura desde la Junta.

Sin olvidar las opciones que ofrecen los Fondos Europeos. Aquí se trataría de buscar la forma de compatibilizar esta ganadería extensiva ecológica, con la propuesta comunitaria «de favorecer la conservación y la mejora de la diversidad y los valores excepcionales y singulares que poseen determinados montes y territorios forestales», explican desde el Gobierno regional. Promover la certificación ecológica de los pastos de estos montes públicos es una de las primeras tareas que se ha puesto la Junta en este sentido, en colaboración con los ayuntamientos.

En este programa también se plantean elementos novedosos, comolos ‘mataderos móviles’, una suerte de grandes trailers que incorporan el equipamiento básico para el sacrificio de los animales in situ. Esta idea sueca, que también se estaría estudiando en Galicia, acercaría periódicamente estos camiones a las explotaciones ecológicas, eliminando el estrés que sufre el ganado durante el transporte y mejorando así la calidad -y por tanto el precio- de la carne. No obstante, el documento sobre el que trabaja la Junta no plantea medidas concretas al respecto, ni responde tampoco a cuestiones como las de quién traería y sufragaría estos ‘mataderos’ sobre ruedas.

No obstante, en esta línea de volver a trabajar desde las explotaciones, sin mover al animal, sí se plantea ya la posibilidad de «flexibilizar» el cumplimento de determinado requisitos higiénicos-sanitarios de cara a la venta de estos productos ‘eco’ en los mercados locales. Se verá.