Una joya bajo tierra

E. Real Jiménez / Cuenca
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En El Cañavate emprendieron en 2015 unas obras para mejorar las canalizaciones de agua y se encontraron unas termas romanas. El Ayuntamiento y la Diputación de Cuenca quieren ampliar las excavaciones y musealizarlas

El Cañavate, una pequeña población conquense de tan sólo 154 habitantes, requiere, como muchas otras, actuaciones de puesta a punto de sus servicios. Por eso, a finales de 2015, y después de los necesarios trámites y proyectos, emprendió sus obras para la mejora de las canalizaciones de aguas... y se encontró con un tesoro.Los trabajos de excavación dejaron al descubierto los restos de unas termas romanas.

Ahora, tres años después, se acaba de aprobar inicialmente, por parte del Ayuntamiento del municipio, el proyecto de obras. Una actuación que quedó sometida ya a los 10 días dados de plazo para la preceptiva información pública y que va dirigido a la ‘Conservación, musealización y puesta en valor del Balneum’, como así han denominado a estos restos patrimoniales de origen romano y que se ubican en la margen derecha del río Córcoles, dentro de este término municipal.

Es, sobre todo, una buena  oportunidad para revitalizar una zona de poca población, para aprovechar este conjunto arquitectónico que, según los estudios realizados, corresponde al periodo tardorromano, y sacarle provecho como atractivo turístico y llamada de visitantes.

La iniciativa está promovida por el Ayuntamiento de El Cañavate -que es propietario de los terrenos donde se encuentra el yacimiento-  y cuenta, además, con el apoyo económico de la Diputación Provincial de Cuenca y a lo que aspira es a continuar -según recoge la memoria del proyecto, que se acaba de publicar en el Boletín Oficial de la Provincia- con las actuaciones arqueológicas y de restauración, así como su puesta en valor.

sobre una antigua vía. La zona en cuestión, en el paraje conocido como La Vega, está dedicada a eras, junto al paso de la vereda de Cañadas. De hecho, se encuentra en el recorrido de la antigua vía romana que unía Saltigi (hoy Chinchilla de Montearagón, en Albacete) hasta Bilbilis, actual Calatayud.

Tras el descubrimiento inicial, que fue fruto -apunta el proyecto- de los movimientos de tierras del proyecto de canalizaciones para el abastecimiento a los núcleos de población inmediatos al Acueducto Tajo-Segura en la provincia de Cuenca, se llevaron a cabo dos fases de excavación arqueológica, una en noviembre de 2015 y la segunda, en junio de 2016.

Entre ambas se horadaron alrededor de 800 metros cuadrados de superficie, que lograron determinar de esta forma varias fases constructivas en los restos arquitectónicos encontrados.

Entre ellos -porque también se hallaron otros restos más recientes, de estructuras con uso de yeso sobre las más antiguas-, se encontró una fase romana, en la que se han documentado 16 estancias que, por su tipología, corresponden al periodo entre los siglos III y V d.C, identificadas como restos de un balneum de una villae de la que se cree -dice el proyecto- que no se conservan más estructuras. Un hallazgo bastante relevante puesto que los balnea domésticos fueron el escenario preferido por la elite romana como lugar de recepción y reunión.

Una vez concretado el descubrimiento de estos restos, el documento señala que la superficie que se pretende restaurar y musealizar es de 1.450 metros cuadrados, y detallas las actuaciones.

EL FUTURO. Actualmente, el yacimiento se encuentra «totalmente tapado» a la espera de nuevas intervenciones porque, como se recoge en el proyecto, elaborado por el arquitecto técnico Ángel Espada López-Reina, con la colaboración y datos de Carpetania Integra, este trabajo persigue «continuar las investigaciones iniciadas que permitan el hallazgo de los restos todavía sin excavar y pertenecientes al balneum».

Precisamente sobre esta cuestión, se resalta que existen «dos áreas dos áreas no excavadas y cuya intervención se hace necesaria» no sólo para completar el estudio del conjunto del edificio, sino también para poder conservar mejor los restos y ofrecer una dimensión real.

Cuando se terminen de completar las excavaciones pendientes, la idea es «proceder a su conservación» mediante los trabajos de consolidación de las estructuras y el siguiente y último paso sería ya la «musealización de los restos encontrados».

La pretensión -según lo que se ha proyectado en este exhaustivo trabajo técnico- es hacer un recorrido perimetral y acompañarlo, al tiempo, de paneles explicativos e infografías que recojan recreaciones de las distintas estancias, la descripción de este tipo de edificios y las singularidades de este yacimiento en concreto.

Para una mayor comprensión de cada uno de los espacios -se indica también-, cada estancia contará con acabados de gravas de distintos colores que estarán descritos en los paneles explicativos que se instalarán en el recorrido.

Asimismo, para ornamentar la zona, se prevé acondicionar el acceso desde el camino que llega desde El Cañavate hasta el yacimiento y también se ha previsto acometer el ajardinamiento del recorrido interior con especies arbustivas autóctonas.

Hasta llegar a ese momento hay mucho trabajo por delante, que arrancará con retirar la tierra de los restos cubiertos (que comprenden una superficie total de 278 metros cuadrados) y llevar a cabo seis sondeos arqueológicos, que se situarán perimetralmente a los restos que ya hay conocidos.

PASO A PASO. Las nuevas excavaciones, previstas en tres zonas -norte, sur y estructuras centrales- serán en todo momento documentadas y los planos que de ellas se deriven, digitalizados. Además, para garantizar el máximo cuidado, las tierras se retirarán a mano, aunque tendrán apoyo mecánico en algunas zonas que se determinen durante los trabajos.

Si se encuentran materiales arqueológicos en la exhumación, serán lavados, inventariados y se hará llegar su documentación al Museo Arqueológico de Cuenca.

La idea de las nuevas excavaciones es hallar más restos correspondientes a estas termas. Hasta la fecha, las 16 estancias identificadas corresponden a 12 de planta rectangular y cuatro absidiales. Entre ellas, parte del frigidarium (la última etapa de los baños, donde se tomaban los baños fríos), que además conserva su pavimento de piedra caliza.

También, entre las estancias que sí se reconocieron con las dos actuaciones iniciales, están el hypocaustum (sistema de calefacción por suelo), del que se conservan «escasos restos», y el tepidarium  (zona de baño tibio), que ocupa una superficie de 18 metros cuadrados. Otra de las estancias identificadas y documentadas hasta la fecha es el caldarium (zona de baño caliente), que mantiene aún hoy  teselas pertenecientes a un mosaico que se mantiene, afortunadamente, «en muy buen estado de conservación».

La mitad norte del yacimiento, y donde se centrarán buena parte de las nuevas excavaciones, podría albergar, además de la continuación del frigidarium, el apodyterium (sala usada como vestuario), por el que se accedía a los baños.

El proyecto recoge también el presupuesto, calculado en 100.000 euros, y establece que el plazo de ejecución de las obras es de seis meses. De todas las actuaciones se elaborará la correspondiente memoria y se hará también un Plan de Mantenimiento.