La Iglesia se conecta a las redes en la crisis

V.M.
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El vicario general de la Diócesis, Julián Ros, reza diariamente el Rosario por 'Facebook Live', tras el toque de difuntos, en la Catedral

Julián Ros, poco antes del inicio del rezo del Rosario por 'Facebook Live'. - Foto: Rubén Serrallé

La Iglesia Católica, atenta al dolor que está provocando la pandemia del coronavirus, se une a la declaración de luto oficial en Albacete, es por ello que todos los días, a las siete de la tarde, las campanas de la Catedral dan el toque de difuntos, al tiempo que en el interior del templo, en la Capilla de la Virgen de los Llanos, se reza un responso por todos los fallecidos durante la epidemia.

Media hora después, el párroco de San Juan Bautista y vicario general de la Diócesis, Julián Ros, reza el Rosario por Facebook-Live al que se conectan diariamente un centenar de personas. Y es que las nuevas tecnologías de la comunicación son un valioso instrumento para mantener el contacto con los fieles, no en vano el propio obispo, Ángel Fernández, reza diariamente el Ángelus, a las 12 del mediodía, a través del Facebook diocesano y muchos sacerdotes de las parroquias de la provincia celebran la Ecuaristía en las redes sociales para participar de la comunión espiritual con los creyentes.

Julián Ros también comentaba a La Tribuna de Albacete que 11 familias han pedido ya depositar las cenizas de sus difuntos en la Catedral, que decidió al principio de la crisis la apertura de la cripta de la Capilla de Jesús Nazareno para el posterior enterramiento de los fallecidos durante la pandemia, a petición de los familiares (puede enviarse al correo catedralalbacete@gmail.com).

El párroco de San Juan recuerda que la seo mantiene además abiertas sus puertas a los fieles con un horario restringido, de seis y media a ocho de la tarde, que deben mantener las pertinentes medidas de seguridad (además todos los días una empresa se encarga de las labores de desinfección del templo), y a partir de hoy se abrirá también por la mañana, de 12 a 13 horas, ahora que los niños pueden salir ya a la calle.

Ros reconoce que el no poder tener un contacto directo con los fieles supone una limitación para los sacerdotes, «lo que se traduce en cierto dolor, por ejemplo el pasado viernes tuve dos feligreses difuntos y no pude estar con ellos e ir a velarlos, sólo se puede rezar por ellos en la puerta del Cementerio».

Desde que empezó el confinamiento y este tiempo de crisis el acompañamiento de los sacerdotes a las víctimas y personas en soledad es constante y los sacerdotes celebran responsos y acompañan a los pocos familiares que pueden desplazarse tanto en el momento de la sepultura como en el duelo. Además, lestán disponibles en los hospitales para la administración de sacramentos.

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