Educar para adaptarse a un mundo en cambio

Hilario L Muñoz
-

Javier Arteaga, Ana Trillo y Sonia Cobo son tres de los 86 profesores que trabajan con el Ministerio en el desarrollo del decreto de competencias básicas asociado a la Lomloe

Educar para adaptarse a un mundo en cambio - Foto: Rueda Villaverde

A finales de los 90 comenzó un cambio que cambiaba el saber, como objetivo principal de la educación, para convertirlo en saber hacer o saber ser. La Lomloe plantea un giro aún más decidido hacia esa educación del saber ser, a través del desarrollo de unas competencias básicas dirigidas a que los estudiantes tengan curiosidad y sean capaces de enfrentarse a situaciones desconocidas. En dos años está previsto que este cambio curricular entre en el aula, con el desarrollo de la Lomloe en cuanto a competencias. Se trata de un proceso en el que se trabaja actualmente, en julio se presentará un borrador de esos conocimientos básicos que todo estudiante deberá tener, elaborado por 86 profesores de toda España, tres de ellos docentes en la provincia de Ciudad Real. Son Javier Arteaga, profesor del IES Santa María de Alarcos, y Ana Trillo, profesora del IES Atenea, ambos de la capital y contratados como asesores técnicos docentes del nuevo currículo básico educativo, y Sonia Cobo, del IES Ribera del Bullaque, en Pozuna, y contratada como experta colaboradora, para elaborar esa guía de contenidos.

«Soy profesora, he sido directora y jefa de estudios, y quería aprovechar ese bagaje para una nueva ley», explicó Ana Trillo, quien entró en abril dentro de esa fase consultiva del currículo. Unas semanas antes comenzó Javier Arteaga, con una formación inicial, específica para explicar «el cambio de enfoque que tenía la ley hacia lo competencial» y realizar, además, un estudio de las directrices de Naciones Unidas y los sistemas educativos europeos y varios del mundo para conocer qué aspectos se podrían aprovechar. «Cuando dan la oportunidad a los profesores de participar en un proyecto educativo como este, es un tren que no se debe dejar pasar», señaló, con el recuerdo de que este cambio viene marcado en el ámbito internacional no es algo que esté realizando España en solitario. Mientras, Cobo, que como colaboradora, mantiene la docencia mientras participa en el borrador, acude para aportar «ideas» que después se puedan trasladar al aula. 

«Lo importante es que la educación sea más competencial», indicó Trillo, respecto al trabajo que están realizando. «No es como dicen que vayamos a dejar de dar contenidos, lo que se intenta es que esos contenidos tengan un sentido y el alumno lo vea». De una manera gráfica, Cobo apunta que la intención es que «los saberes básicos no estén alejados de la realidad» sino que «preparan al alumno para el mundo exterior, con ejemplos más prácticos». Esto no implica un cambio radical del trabajo en el aula, ya se trabaja de esta forma cuando en vez de dar una teoría concreta, se imparte a la vez que se realizan ejercicios prácticos dentro del aula. «Es una metodología activa y lo que se hace en la ley es convertir en norma lo que ya se hace en clase». 

Educar para adaptarse a un mundo en cambioEducar para adaptarse a un mundo en cambio - Foto: Rueda Villaverdeafrontar lo desconocido. En el contenido que están realizando se busca que los estudiantes sean capaces de enfrentarse a situaciones futuras que desconocen los docentes. «Hay profesiones que hay ahora que no nos imaginábamos hace cinco años» y lo mismo ocurre en este momento con las profesiones que puede haber en el futuro. Por este motivo, en la educación habrá una mayor importancia del contenido digital, las nuevas tecnologías empezarán a darse en las primeras etapas y «la alfabetización digital empieza en infantil», llevando, incluso la computación al currículo. En esta labor no se pretende dejar atrás la memorización, «pero no tiene tanto peso como antiguamente». «Hay que fomentar otros valores como la curiosidad» para que los estudiantes usen todo el conocimiento que les ofrece internet y quieran buscarlo en él. 

El proceso que realizan los tres profesores para ese documento de competencias básicas implica el desarrollo de un trabajo de escucha activa con asociaciones y organizaciones de toda España y llevar a las reuniones las conversaciones con otros compañeros y su experiencia vital, buscando aquello que tiene cabida en la ley. «Todas las opiniones son estudiadas y evaluadas y se contemplan porque no se va a plasmar una ley que sea nuestra idea de la asignatura», explicó Arteaga. La intención es integrar las diferentes perspectivas y llegar con satisfacción al borrador, sabiendo, explican los profesores, que han aportado todo lo que han podido. 

 

El proyecto busca que haya competencias iguales entre alumnos de España y Europa

El trabajo en el desarrollo de estas competencias por Javier Arteaga, Ana Trillo y Sonia Cobo tiene como objetivo último beneficiar a los estudiantes que es a quien más afectará el cambio curricular asociado a la Lomloe. El trabajo se realiza para que la educación «sirva para la vida, que no le deje en desventaja con respecto a alumnos de otros países y marcar unas líneas comunes para todos los estudiantes de España», señala Arteaga de forma clara. 

Educar para adaptarse a un mundo en cambioEducar para adaptarse a un mundo en cambio - Foto: Rueda VillaverdeTrillo recuerda que el currículo básico son las competencias específicas, un eslabón más dentro de las competencias generales, en el que se marcan aspectos de los objetivos que debe cumplir el alumnado en clase y por materias. La labor de los tres profesores servirá para el borrador, que podría convertirse en definitivo este otoño, para después pasar a comunidades autónomas y centros de cara al curso 2022/2023. No sería hasta el siguiente, el 2023/2024, cuando lo realizado por este equipo se aplique. 

Educar para adaptarse a un mundo en cambio
Educar para adaptarse a un mundo en cambio - Foto: Rueda Villaverde
Los tres docentes reconocen que en los currículos de la futura Lomloe estará plasmado mucho de lo que han aprendido en estos dos cursos del coronavirus. «La pandemia ha demostrado que los profesores somos imprescindibles. Hay mucho avance tecnológico, pero no hay nada que sustituya una clase presencial con los estudiantes y el intercambio entre todos», explicó Trillo. De hecho, Javier Arteaga recuerda que la pandemia ha provocado que el trabajo que realizan, ese currículo, de competencias básicas, tenga que ser robusto, para que resista «situaciones no contempladas en anteriores leyes», para que sea una herramienta que aguante de cara a posibles situaciones inesperadas.