La resistencia a los antimicrobianos por el uso incorrecto o abuso de los antibióticos constituye un gran problema de salud pública a nivel mundial, una lucha en la que los farmacéuticos, tanto del ámbito de la farmacia comunitaria como de la farmacia hospitalaria, juegan un papel esencial educando a los pacientes en el uso correcto de estos medicamentos, para mejorar la eficacia de estos fármacos.

Aprovechando la celebración hoy del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, que se viene conmemorando desde el año 2008, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Albacete que representa a más de 600 colegiados en toda la provincia, recuerda que la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos por parte del sistema sanitario se basa en tres pilares: la prescripción adecuada, la dispensación correcta y el uso racional de los antibióticos recetados. Precisamente en estos dos últimos pilares, la tarea diaria de los farmacéuticos es básica. La labor de dispensación de las oficinas de farmacia es indispensable y supone una posición ideal para educar y concienciar a la población sobre el uso seguro de los medicamentos, aspecto fundamental para fomentar una cultura de la salud más positiva y sobre la importancia de su papel a la hora de informar al paciente sobre la duración y posología del antibiótico prescrito, una información clave que los pacientes deben recibir porque el uso correcto de estos medicamentos es responsabilidad de todos.

Un antibiótico es un fármaco que tiene la capacidad de actuar sobre una bacteria, destruyéndola o impidiendo su multiplicación, ayudando de esta forma a su eliminación por parte del sistema inmunitario.

El descubrimiento e introducción de los antibióticos en la terapéutica, tanto los destinados a su uso en humanos como en animales, ha permitido el tratamiento eficaz de la mayoría de los procesos infecciosos bacterianos de nuestro entorno, y la posibilidad de realizar intervenciones médicas de alto riesgo infeccioso, como las cirugías o los trasplantes.

No obstante, y al igual que ocurre con cualquier medicamento, para garantizar la máxima eficacia y seguridad de los antibióticos es preciso realizar un uso racional de los mismos, empleándolos sólo en las situaciones en las que sean necesarios, y en base a las condiciones de utilización prescritas por los facultativos y autorizadas.

El problema es que el 26,4% de los pacientes cree que deben interrumpir el tratamiento cuando aparecen los síntomas, causa principal del abandono del mismo (54,5%) y que sólo el 40% de los europeos saben que los antibióticos son ineficaces contra los virus. España es precisamente donde más ha subido en los últimos años el consumo de antibióticos, cuyo mal uso es responsable de 25.000 muertes al año en la Unión Europea y unas 700.000 en todo el mundo, siendo infecciones comunes como las del tracto urinario, neumonía, tuberculosis o gonorrea las que presentan mayores niveles de resistencia.

El descubrimiento de los antibióticos y su empleo masivo ha salvado millones y millones de vidas, pero ha hecho que las bacterias se sientan amenazadas, por lo que su resistencia a los antibióticos ha aumentado de forma dramática, al transmitirse entre ellas genes de resistencia.

La prescripción de antibióticos por vía sistémica (sin incluir colirios, ni soluciones ópticas ni pomadas) en la provincia de Albacete representa un 3,5 % del total de recetas de medicamentos que se prescriben.