E el cuento Se vale, pequeña Aisha, obra de la psicóloga clínica Esther Atienza y de la pintora Rosa González, nació para rendirle un homenaje a un niño que falleció el año pasado del grupo de Los Guachis. «El cuento sirvió para despedirnos, junto a la gran familia que surgió de este musical, del pequeño, con esa idea lo creé, pero sin más pretensiones que esa», agregó la autora de esta publicación que afronta el tema de la muerte bajo la metáfora del huracán y cómo gestionar el duelo tras una pérdida.

La psicóloga de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, Esther Atienza, decidió ponerse en la piel o en los zapatos de la hermana del pequeño fallecido y sobre esa base construyó una historia en verso, «en un tono de mimo», en la que la protagonista es una niña, Aisha, que habla con su madre, donde a través de la metáfora de un huracán expresa y pregunta sobre sus emociones, esas que todo niño tiene cuando ha sufrido de cerca la pérdida de un ser querido.

Y para ello, la autora se sirve de expresiones como «se vale» o «no se vale», que usaban los niños hace algunas décadas para referirse a las normas de un juego.

Por su parte, la otra protagonista del cuento, la madre, se ocupa de legitimar cada una de las emociones y los sentimientos que la niña manifiesta «para que sepa que todo eso que siente está permitido».

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