Un individuo admitió ayer que abusó de una mujer, la maltrató, la injurió y la retuvo contra su voluntad, en el juicio que se celebró ayer contra él, en el Juzgado de lo Penal 2 de la capital.

El reconocimiento de los hechos fue posible gracias al acuerdo alcanzado por el abogado de la defensa, con el letrado de la acusación particular y la fiscal, que rebajaron las respectivas penas que pedían, de siete años y medio de prisión a dos años de cárcel y multas por valor de 3.420 euros, además de 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

A pesar de la importante rebaja de la pena, el abogado de la acusación particular, Juan Carlos Chillerón Andrés, se mostraba satisfecho  con la condena, puesto que el procesado abonó los 266,88 euros de indemnización y no podrá acercarse a la víctima, ni a su lugar de trabajo, ni comunicar con ella, por un periodo de seis años y medio.

Además tendrá que someterse a un programa de reeducación, para no volver a cometer delitos de violencia de género. En este sentido, hay que señalar que el abogado de la defensa solicitó la suspensión de la pena de prisión, y el participar en los programas de reeducación es una condición fundamental para que dicha suspensión sea posible. Además para evitar la cárcel el acusado no podrá delinquir en un periodo de tres años.

El reconocimiento. En la vista, el acusado, P.L.C., que actualmente tiene 50 años, reconoció que en un día no concretado del mes de mayo o junio de 2018, se trasladó en compañía de su amigo J.M.C.M., y a bordo del vehículo del mismo, hasta Hellín, acompañándolos en ese desplazamiento S.H., con quien el acusado mantuvo una relación sentimental paralela a su matrimonio, desde el mes de mayo de 2017, hasta el día 15 de julio de 2018, fecha en que acontecieron los hechos que dieron lugar a la interposición de la denuncia origen de las presentes actuaciones, con alguna ruptura y reconciliación en tal ínterin.

En un momento dado de la noche, a lo largo de toda la cual el acusado mantuvo un comportamiento presidido por una manifiesta voluntad de dominación sobre la mujer, colocando a ésta en un rol de inferioridad. El acusado y su amigo propusieron entrar a un club a efectuar una consumición, negándose a ello  la denunciante por lo que, mientras el amigo del acusado fue al club, el acusado y su pareja se dirigieron al vehículo de aquél y, una vez sentados en los asientos traseros, el procesado procedió a tocarle los pechos a ésta contra su voluntad por encima de la camiseta que vestía, quien le manifestó que era el ramadán y que no quería que la tocara, a pesar de cuyas manifestaciones el acusado continuó tocando los pechos, llegando a romperle la camiseta, aunque al final cesó en su comportamiento.

Tras este episodio, a las tres de la mañana, el acusado, con la intención de privar de su libertad de deambulación a la denunciante,  abandonó el vehículo dejando a aquella encerrada en su interior con las puertas cerradas con llave durante dos horas, tras las cuales los tres regresaron a Albacete.

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